HABILIDADES NO TÉCNICAS EN
ANESTESIOLOGÍA
David Alberto Campos Vargas, MD*
Valeria Delgado Hoyos, MD**
Una buena
práctica médica requiere de habilidades técnicas y no técnicas, pues la
Medicina es una ciencia y un arte, y el buen doctor debe combinar erudición,
capacidad, prudencia, discernimiento, audacia, empatía, conocimientos
teórico-prácticos, deseo de ayuda, precisión, orden conceptual y humanismo
(Campos Vargas, 2020).
En el terreno
específico de la Anestesiología, dado que hay tantas situaciones de alto estrés
y exigencia emocional para residentes y especialistas, se requiere de dichas
habilidades no técnicas en alto grado. No basta comprender a cabalidad los
conceptos anatómicos, fisiológicos y farmacológicos, ni desplegar un gran
conocimiento teórico, ni conocerse al pie de la letra los protocolos
pertinentes. El quehacer de los anestesiólogos exige capacidad para trabajar en
equipo, asertividad, experiencia en tomar decisiones atinadas en poco tiempo,
capacidad de acción y adecuada integración con otros profesionales.
Las habilidades
no técnicas se definen como: “las habilidades cognitivas, sociales y de
recursos personales que complementan las habilidades técnicas y contribuyen al
desempeño seguro y eficiente de las tareas” (Delfino, Fuentes López, De la
Fuente, Altermatt, 2023). Este concepto inicialmente fue planteado y usado en
la industria aeronáutica para disminuir riesgos de factor humano, y ha sido fácilmente
extrapolable al ámbito médico. Dentro de las habilidades no técnicas se
encuentran la conciencia situacional, la toma de decisiones, la comunicación
asertiva, el manejo del estrés y fatiga, el trabajo en equipo, el liderazgo y
la resolución de problemas (Delfino, Fuentes López, De la Fuente, Altermatt,
2023). En Estados Unidos, entre 44.000 y 98.000 personas mueren al año debido a
errores médicos, según el Instituto de Medicina del país (Sánchez Vásquez,
Espino Núñez, Figueroa Morales y Rubio Martínez, 2022); de estos el 80%
correspondan a errores de factor humano y en su mayoría dependen de problemas
de comunicación principalmente (Vasilopoulos y Fahy, 2023).
El anestesiólogo
necesita distribuir su atención a través de varias fuentes de información; es
decir, debe ser capaz de atender múltiples estímulos en simultáneo. Las
interrupciones y las distracciones alteran la conciencia situacional y pueden
representar un riesgo. El profesional puede olvidarse de readministrar un
medicamento, o de llevar un adecuado conteo del tiempo, o de realizar algún
paso en algún procedimiento (Watkins, Roberts, Boulet, McEvoy y Weinger).
La sala de
cirugía se considera el primer -y tal vez- el escenario más importante de
acción de los anestesiólogos. La calidad, el desempeño del acto quirúrgico y por
consiguiente la seguridad del paciente dependerá de todos los participantes del
acto médico siendo pilar importante el proveedor de anestesia. Se ha
correlacionado que las fallas en las habilidades no técnica conllevan a errores
intraoperatorios, resultados adversos e incluso en aumento de la mortalidad de
los pacientes (Boet, Larrigan, Martin, Liu, Sullivan y Etherington, 2018).
A raíz de lo
anterior, que se han creado diversas herramientas o escalas para la medición de
las habilidades no técnicas en Anestesia. Se destaca el sistema ANTS (Anaesthetists’
Non-Technical Skills), el cual abarca las principales habilidades no
técnicas observables asociadas a una buena práctica anestésica, proporcionando
un marco teórico y una herramienta de evaluación fácil y oportuna. Este sistema
consta de 4 categorías con varios elementos, a saber:
1) Manejo de
tareas, que incluye: a) planear y preparar; b) priorizar; c) proporcionar y
mantener los estándares; d) identificar y utilizar los recursos.
2) Trabajo en
equipo, que incluye: a) coordinar actividades con los miembros del equipo; b)
intercambiar información; c) ejercer adecuadamente la autoridad; d)
asertividad; e) evaluar las capacidades; f) apoyar a los otros.
3) Conciencia de
la situación, que incluye: a) recopilar información; b) reconocer y entender la
situación; c) anticiparse.
4) Toma de
decisiones, que incluye: a) identificar distintas opciones; b) balancear
riesgos; c) seleccionar las opciones más apropiadas; d) reevaluar.
Lo anterior
podría ampliarse así:
A) Manejo de la tarea: habilidades para
organizar las actividades y los recursos. Incluye: 1) planificar y preparar:
desarrollar estrategias primarias y alternativas, en caso de contingencia,
revisarlas y actualizarlas si es necesario; 2) priorizar: enumerar según su
importancia las tareas, actividades, problemas y canales de información; ser
capaz de identificar problemas clave y asignarles la atención que requieran, y
evitar distraerse con asuntos menos importantes o irrelevantes; 3) proporcionar
y mantener estándares: respaldar la seguridad y la calidad al adherirse a los
principios aceptados de la anestesia; seguir códigos de buena práctica,
protocolos o guías de tratamiento, recursos didácticos y listas de chequeo
mentales; 4) identificar y utilizar los recursos: establecer los recursos
necesarios y con cuáles se cuentan, usarlos para lograr los objetivos con
mínima interrupción, estrés o sobrecarga de trabajo (mental y física).
B) Trabajo en equipo: habilidades para
trabajar apropiadamente en un contexto de equipo, desde cualquier rol,
asegurando la exitosa finalización de la tarea en conjunto y la satisfacción de
cada miembro. Incluye: 1) coordinar actividades con los miembros del equipo:
trabajar en conjunto tanto para actividades físicas como cognitivas, comprender
los roles y las responsabilidades de los diferentes miembros del equipo, y
garantizar que se emplee un enfoque de colaboración; 2) intercambiar
información: dar y recibir conocimiento e información necesaria para la
coordinación del equipo y la finalización de la tarea; 3) usar la autoridad con
asertividad: dirigir al equipo y/o la tarea aceptando un rol distinto al de
líder cuando sea apropiado; adoptar una forma convenientemente enérgica para
tocar un punto, y adaptarlo al equipo y/o a la situación; 4) evaluar las
capacidades de cada miembro: juzgar las habilidades de los diferentes miembros
del equipo y su capacidad para manejar una situación; estar alerta a los
factores que puedan limitar su capacidad de desempeñarse efectivamente (escasa
experiencia, estrés, fatiga); 5) apoyar a los demás: proporcionar ayuda física,
cognitiva o emocional a otros miembros del equipo.
C) Conciencia de la situación: habilidades
necesarias para desarrollar y mantener un conocimiento general del entorno
basado en la observación de todos los aspectos relevantes (paciente, equipo
humano, recursos técnicos, tiempo, monitoreo), entendiendo lo que significan, y
anticipándose a lo que podría pasar. Incluye: 1) recopilar información
(percepción): reunir información de forma activa y específica mediante
observación continua y el monitoreo de todas las variables disponibles, así
como verificar dicha información para confirmar su fiabilidad (es decir, que no
sean artefactos); 2) reconocer y entender (comprensión): interpretar la
información recopilada (con respecto a modelos mentales existentes) para
identificar la coincidencia o desajuste entre la situación y el estado
esperado; 3) anticiparse (proyección): imaginar, visualizar las consecuencias
de las acciones e intervenciones, ejecutando proyecciones de la situación
actual para predecir lo que podría suceder en un futuro cercano.
D) Toma de decisiones: es un proceso
cognitivo para llegar de manera lógica, racional y satisfactoria a un juicio,
seleccionar una opción y elegir qué acción tomar para satisfacer las
necesidades de una situación dada, tanto en condiciones electivas como en
situaciones de emergencia. Incluye: 1) identificar otras opciones (generar y
considerar posibilidades o cursos de acción alternativos al tomar la decisión o
al resolver un problema); 2) equilibrar riesgos y seleccionar opciones (evaluar
los riesgos o los beneficios de una situación, considerando las ventajas y
desventajas de los diferentes cursos de acción, y elegir una solución o un
curso de acción basado en este proceso); 3) reevaluar: revisar continuamente la
idoneidad de las opciones identificadas, evaluadas y seleccionadas, y reevaluar
la situación después de la implementación de una acción determinada.
El sistema ANTS se utiliza como una herramienta de educación y retroalimentación, principalmente en escenarios de simulación, permitiéndose plantear dudas sin preocuparse por la seguridad del paciente, lo que facilita la relación estudiante – profesor y en fin último aportando en el desarrollo de habilidades personales estructurando un modelo categórico como un componente fundamental para una práctica anestésica exitosa, ya que este ha demostrado una reducción de los errores médicos y eventos adversos que se pueden presentar en la práctica clínica. En una revisión sistemática de la literatura llevada a cabo por Boet y colaboradores, el sistema ANTS ha sido el más ampliamente utilizado a nivel de espacios clínicos o de simulación en salas de cirugía, ha demostrado tener mayor validez y fiabilidad en ambos escenarios frente a otras herramientas utilizadas, sin embargo, se requieren de futuros estudios que evalúen diferentes contextos (Boet, Larrigan, Martin, Liu, Sullivan y Etherington, 2018).
Las habilidades
no técnicas descritas en el sistema ANTS pueden ser una guía útil, simple y
eficaz para los anestesiólogos graduados y en formación, así como para los
internos y estudiantes que estén rotando por Anestesiología. Resulta muy conveniente
aprehenderla y aplicarla.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Boet, S., Larrigan,
L., Martin, L., Liu, H., Sullivan, J. y Etherington, C. (2018). Measuring
non-technical skills of anaesthesiologists in the operating room: a systematic
review of assessment tools and their measurement properties. British Journal of Anaesthesia, 121 (6): 1218e1226 (2018).
Campos Vargas, D.A. (2020). Fundamentos de
Psicoterapia Formativa. Armenia: SPF Ediciones.
Delfino, A.E., Fuentes López, E., De la
Fuente, R. y Altermatt, F.R. (2023). Cross-cultural adaptation and validation of the Spanish version of the
Anesthetists' Non-Technical Skills (ANTS) assessment tool. Journal of Clinical Anesthesia, Volumen 84, Artículo 111008.
Sánchez Vásquez, U., Espino Núñez, J.S.,
Figueroa Morales, A. y Rubio Martínez, R. (2022). Un modelo para la evaluación
de las habilidades no técnicas en anestesiología: una revisión de la
literatura. Revista Mexicana de Anestesiología. Abril de 2022.
Vasilopoulos, T. y Fahy, B.G. (2023). ANTS (Anesthetists' non-technical skills) and
“ANT”icipation of their potential. Journal of Clinical Anesthesia, Volumen 85,
Artículo 111041
Watkins, S.C., Roberts,
D.A., Boulet, J.R., McEvoy, M.D., Weinger, M.B. (2017). Evaluation of a simpler
tool to assess nontechnical skills during simulated critical events. Simul
Healthc. 2017;12:69-75
David Alberto Campos Vargas
Médico cirujano,
Pontificia Universidad Javeriana
Médico cirujano, Pontificia Universidad Javeriana
Especialista en Psiquiatría, Pontificia Universidad Javeriana
Neuropsicólogo, Universidad de Valparaíso
Neuropsiquiatra, Pontificia Universidad Católica de Chile
Filósofo, Universidad Santo Tomás de Aquino
Teólogo, Obispado Castrense de Colombia
Padre de la Psicoterapia Formativa
Valeria Delgado Hoyos
Médica cirujana, Universidad El Bosque
Diplomada en Ciencias Básicas, VitalCare
Candidata a Especialista en Anestesiología
Cómo citar este artículo: Campos Vargas, D.A., y Delgado Hoyos, V. (2023). Habilidades No Técnicas en Anestesiología. Revista de Psicoterapia Formativa. Abril de 2023
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