CLAVES PARA EL DIAGNÓSTICO DE LA ADICCIÓN A LA PORNOGRAFÍA
David Alberto Campos Vargas, MD
La representación de personas desnudas y/o teniendo relaciones sexuales es casi tan antigua como el hombre. La historia del arte está llena de representaciones de este tipo; algunas obras son incluso explícitas con respecto al sexo. Katsushika Hokusai, Yanagawa Shigenobu, Peter Fendi, Egon Schiele y Jeff Koons fueron algunos de los artistas que tuvieron a bien explorar dichos terrenos. Y burdeles, casas de recreo y otras locaciones de dudosa reputación fueron decorados, desde la Antigüedad, con frescos, grabados, tallas, esculturas y dibujos claramente pornográficos.
La palabra deriva del griego πόρνη (pórnē, 'prostituta'), y significaría, en líneas generales, "descripción o ilustración de la prostitución". Las primeras fotografías de intencionalidad erótica aparecieron a mediados del siglo XIX. Las primeras revistas pornográficas surgieron entre 1900 y 1910, y tuvieron un marcado tinte anatómico-naturista. Entre 1965 y 1979 el material pornográfico impreso y cinematográfico se multiplicó como plaga, de la mano de fenómenos sociales como el feminismo y el hippismo. En la década de 1980 la sociedad se ha volvió cada más tolerante con dichos contenidos, al asimilarlos al concepto de revolución/liberación sexual. En la década de 1990 la pornografía se disparó, favorecida por la adquisición de computadores en casi todos los hogares de clase media o alta.
Con el siglo XXI y la neoposmodernidad se ha dado una profusión de material pornográfico nunca antes vista. La banalización de la cultura, la facilidad para el acceso a internet, el éxito de la estética materialista norteamericana, la aparición de las tabletas y los teléfonos inteligentes, el descenso en las horas dedicadas a la lectura, el establecimiento de los postulados de la liberación sexual como mandatos sociales inapelables y la cultura light han llevado la pornografía a niveles insospechados, francamente preocupantes. Hoy por hoy, es casi imposible no tener al menos una exposición accidental mensual a dichos contenidos cuando se navega en el ciberespacio (lo cual es sumamente grave, porque casi todos los niños realizan sus deberes escolares explorando en la red, y son innecesaria y deletéreamente expuestos a contenidos que ni siquiera tienen la capacidad de metabolizar y asimilar adecuadamente en su psiquismo).
Las tres últimas generaciones han sido literalmente machacadas por la pornografía. Por lo que he observado en mi consulta, antivalores y parafilias se han "normalizado" por culpa dicha industria. En la actualidad, muchos adolescentes creen que el fetichismo, el voyerismo, el sexo grupal o el sadomasoquismo son aceptables dentro de la conducta sexual esperable. He visto casos severos de disfunción eréctil, dispareunia y anorgasmia achacables a la sobreexposición a material pornográfico. Y tengo la intuición de que casi la totalidad de los adultos jóvenes han sido "educados" sexualmente en la cosificación y la devaluación del prójimo, los modelos patológicos de masculinidad y feminidad (a menudo francamente machistas o hembristas), el tono perverso y la escisión amor/sexo presentados y promovidos por la pornografía.
Diagnostiqué por primera vez un caso de adicción a la pornografía en 2004, cuando todavía muchos académicos cuestionaban la misma validez de la categoría nosográfica. Los estudios de la década pasada sugerían que alrededor de un 4% de las personas que se exponían a contenidos pornográficos terminaban siendo adictas. Me atrevería a decir con la situación global de pandemia y las vicisitudes sociales asociadas a ella (crisis económica, aumento del desempleo, periodos de cuarentena, deprivación socio-afectiva, conductas de desinhibición sexual post-confinamiento), veremos que la cifra podrá estar rondando el 10% para el 2030.
Para orientar a las personas que tienen la duda de si son o no adictas a la pornografía, me di a la tarea de recopilar estos elementos orientadores que pueden tener en cuenta antes de llegar a su primera sesión conmigo. Aunque a nivel fenomenológico la adicción a la pornografía puede tener varias similitudes con la adicción al sexo, me he percatado que dichos escenarios clínicos no necesariamente se traslapan. De hecho, las claves para el diagnóstico de la adicción a la pornografía son algo diferentes de aquellas que orientan hacia la adicción al sexo. Y es que una persona puede ser adicta al sexo y adicta a la pornografía, o adicta al sexo pero no adicta a la pornografía, o adicta a la pornografía pero no adicta al sexo; por eso debemos proceder con mucha precisión a la hora de lanzar una impresión diagnóstica.
Espero que estos ítems sean de utilidad a quien los consulte; no hacen un diagnóstico en sí mismos, pero pueden ayudarle al paciente a ir teniendo una idea de su situación antes de la entrevista clínica. O pueden indicarle algún signo de alarma al que los lea por pura casualidad.
Estas pautas no son un test o cuestionario típico, sino una serie de frases que cada persona debe ir pensando, asimilando y contrastando sin tapujos con su propia situación. Son o no ciertas o verdaderas para cada tipo de persona que las lea; constituyen un atisbo al propio psiquismo, un vistazo que orienta y permite irse haciendo una idea de cómo andan las cosas. El que las lea debe revisar y responder con toda la honestidad posible.
Son ítems de alta sensibilidad diagnóstica. Ayudan tanto al paciente como al tratante. El paciente, al leer cada uno de ellos, puede ir anotando al lado V si el ítem es cierto o verdadero (si corresponde a su propia vivencia) o F si es falso (si no corresponde a su experiencia vital), con absoluta sinceridad. Al final, debe revisar sus respuestas. Cuantas más V pueda sumar, más probable será el diagnóstico de adicción a la pornografía.
ÍTEMS ORIENTADORES
Responda o señale de manera franca y honesta V o F, teniendo en cuenta lo que usted ha vivido o fantaseado, y no lo que usted imagine suponga que su pareja o los demás puedan pensar de usted.
1. El estrés y las dificultades aumentan mi necesidad de consumir material pornográfico.
2. No soporto la idea de estar un día entero sin poder ver pornografía.
3. He fantaseado con participar en una película pornográfica.
4. Prefiero ver pornografía a realizar otras actividades recreativas o lúdicas.
5. Casi todas las cosas me hacen pensar en términos de pornografía.
6. Tengo la sensación de consumir más pornografía de lo que habitualmente hace el resto de la gente.
7. Prefiero ver pornografía a cualquier tipo de actividad cultural o académica.
8. He visto pornografía en pareja, al menos una vez en la vida.
9. He visto pornografía en grupo, al menos una vez en la vida.
10. Cuando ingreso a sitios pornográficos en internet, busco contenidos cada vez más exóticos o extravagantes.
11. He inducido a alguien a ver pornografía al menos una vez en la vida.
12. He inducido a alguien a hacer pornografía al menos una vez en la vida.
13. He buscado pornografía en lugares donde podría meterme en problemas por ello (por ejemplo en el trabajo, en un computador de uso público o en casa ajena).
14. He tenido sexo o me he masturbado viendo pornografía al menos una vez en la vida.
15. El apetito sexual por mi pareja (o el interés de buscarme una pareja) ha descendido últimamente, mientras que mi interés en contenidos pornográficos es cada vez mayor.
16. Siento que la pornografía me ha hecho perder tiempo o dinero.
17. La pornografía me ha hecho perder amigos.
18. La pornografía me ha hecho perder mi pareja al menos una vez en la vida.
19. Siento que algunas personas se han alejado de mí debido a mi gusto por la pornografía.
20. Rara vez puedo masturbarme sin recurrir a la pornografía.
21. Siento que jamás podré dejar la pornografía.
22. Podría identificar por su nombre a por lo menos tres estrellas de la industria pornográfica.
23. Conozco al menos cinco categorías de cine pornográfico.
24. Considero que consumir pornografía es una conducta completamente sana.
25. Tengo ideas sobrevaloradas, recurrentes o permanentes relacionadas con la pornografía.
26. Me fascina ver gente desnuda o teniendo sexo.
27. Me he trasnochado/amanecido viendo pornografía, al menos una vez en la vida.
28. Ver porno y masturbarme son los dos grandes placeres de mi vida.
29. Veo habitualmente "pornografía dura" (permeada de parafilias, o estilo gonzo, o cargada de escenas de sexo anal, orgías, ballbusting, anilingus o fisting).
30. Conozco al menos tres sitios pornográficos en internet.
31. Alguna vez en la vida he compartido material pornográfico en redes sociales.
32. Necesito consumir pornografía para empezar bien el día.
33. Consumo pornografía en horario laboral o académico, como si nada.
34. Adquiero material pornográfico con regularidad.
35. Estuve expuesto a materiales pornográficos en mi niñez.
36. Necesito ver pornografía varias veces al día.
37. Cuando tengo ganas de ver porno, usualmente siento que debe ser ya mismo (de inmediato).
38. Me gusta la pornografía con escenas de prácticas sexuales no convencionales, tales como incesto, orgías, pedofilia, voyerismo, exhibicionismo, escoptofilia, necrofilia, zoofilia, sitofilia, cancaneo, froterismo, urolagnia, urofilia, misofilia, coprofilia, sadomasoquismo o fetichismo.
39. Cuando interactúo con alguien que me parece atractivo, suelo imaginar cómo se vería actuando en una película pornográfica.
40. Cuando me siento excitado(a), siento que debo consumir pornografía cuanto antes, pase lo que pase, a toda costa.
41. Siento que no puedo controlar mi impulso de ver pornografía.
42. Ver porno es, en mí, una necesidad imperiosa e ineludible.
43. La necesidad de ver pornografía me ha traído problemas (bien sea en mi vida marital, en mi vida familiar, en mi desempeño escolar, en mi desempeño laboral o en mi vida social).
44. Mi pareja considera que la cantidad, la calidad o la frecuencia de pornografía que necesito para estar satisfecho(a) es excesiva.
45. Me he sentido mal por la frecuencia con que accedo a sitios de pornografía en la red, o por lo grotesco o extravagante de los contenidos consultados, al menos una vez en la vida.
46. Me daría mucha vergüenza que la gente se enterara del tipo de pornografía que consumo.
47. He intentado dejar de consumir pornografía al menos una vez en la vida, sin éxito.
48. Tengo que borrar el historial de navegación de mi computador o mi teléfono inteligente cada vez que otra persona los vaya a utilizar, por temor a que se percaten de mi consumo de pornografía.
49. Creo que la pornografía es el motor de mi vida.
50. A veces veo pornografía porque sí (sin saber muy bien por qué, sin siquiera tener ganas de hacerlo).
51. Me gustaría casarme con una estrella porno.
52. Tengo la sensación de haber perdido o estar perdiendo mucho tiempo valioso consultando material pornográfico.
53. Guardo/almaceno pornografía en mi computador.
54. Colecciono revistas o películas pornográficas.
55. Cuando veo a alguien que me parece sexualmente atractivo, siento deseos de consumir pornografía.
56. Eventualmente vendería mi casa o mi auto si con ese dinero pudiera acostarme con mi estrella porno favorita.
57. Considero normales o al menos tolerables prácticas sexuales como: hablarle de manera sucia o grosera a mi pareja, dominar a mi pareja, tratar con rudeza los órganos sexuales de mi pareja, hacer sangrar a mi pareja, amordazar a mi pareja, tratar a mi pareja como si fuera un animal o un(a) esclavo(a), producirle equimosis (moretones, cardenales) a mi pareja, amarrar/esposar/inmovilizar a mi pareja, compartir mi pareja con otra persona, acceder sexualmente a mi pareja sin su consentimiento, eyacular siempre en el rostro de mi pareja/hacer que mi pareja eyacule siempre en mi rostro, arruinarle el orgasmo a mi pareja o introducirle a mi pareja objetos o partes del cuerpo que no están hechos para ello.
58. Veo pornografía para sentirme menos triste o melancólico(a).
59. Veo pornografía para sentirme menos ansioso(a) o angustiado(a).
60. Veo pornografía para sentirme menos solo(a).
61. Mi pareja (o alguna ex pareja) ha manifestado preocupación o incomodidad por mi consumo de pornografía, al menos una vez en la vida.
62. Algún familiar o amigo ha manifestado preocupación o incomodidad por mi consumo de pornografía, al menos una vez en la vida.
63. Creo que todo lo que uno encuentra en el mundo de la pornografía es divertido, informativo o útil para la vida.
64. Siento que mi asunto con el porno se me sale de las manos.
65. A menudo recurro a la pornografía para aliviar la sensación de malestar que me da el no acceder a ella, más que para buscar mi placer.
66. He tenido algún tipo de conducta sexual problemática en mi niñez o mi adolescencia.
67. Adquiero juguetes sexuales con regularidad.
68. Puedo tener sexo sin involucrarme afectivamente.
69. Me sentido defraudado(a) por el aspecto físico de mi pareja cuando lo he comparado con el de mi estrella porno favorita, al menos una vez en la vida.
70. Creo que la pornografía es un elemento fundamental en las relaciones de pareja.
71. Me gusta ver pornografía mientras tengo relaciones sexuales.
72. No puedo dejar de consumir pornografía, a pesar de las consecuencias negativas que ha traído a mi vida.
73. Pensar en pornografía (bien sea recordando escenas, o imaginándolas, o planificando cómo y cuándo verla) consume gran parte de mi tiempo y mi energía psíquica.
74. Con frecuencia me sucede que cuando estoy hablando con alguien lo desvisto con la mirada.
75. Cuando voy por la calle o estoy en un sitio público, me quedo observando a quien me parece sexualmente atractivo.
76. Si alguien me llama la atención, trato de establecer contacto físico de inmediato.
77. Al menos una vez en la vida, algún familiar, amigo o conocido se ha preocupado por mi comportamiento sexual.
78. Creo que es completamente normal tener sexo en la primera cita.
79. Al menos una vez en la vida, alguna pareja o algún conocido se ha quejado de mi conducta sexual.
80. Así nunca haya buscado ayuda profesional para entender y gestionar mejor mi comportamiento sexual, a veces siento que debería buscarla.
81. Me avergonzaría que los demás averiguaran/conocieran mis fantasías sexuales.
82. Me avergonzaría que los demás averiguaran/conocieran mis comportamientos sexuales.
83. He herido emocionalmente a alguien debido a mi conducta sexual, al menos una vez en la vida.
84. Siento que he podido meterme en problemas legales o exponerme a sanciones sexuales debido a mi comportamiento sexual, al menos una vez en la vida.
85. Siento que hay días o temporadas en las que estoy demasiado "caliente", "cachondo(a)", "guarro(a)" o "ganoso(a)", y eso para mí significa ir a ver porno.
86. Me he esforzado intentando parar una conducta sexual que considero potencialmente inadecuada o riesgosa, sin lograrlo.
87. Oculto deliberadamente algunas facetas de mi conducta sexual a mi pareja.
88. Si siento ganas de ver pornografía y no lo consigo, me pongo irritable, ansioso(a) o triste.
89. Consumo pornografía de manera compulsiva, varias veces al día, incluso en lugares inapropiados o situaciones potencialmente embarazosas.
90. A veces me he sentido depravado(a), degradado(a) o perverso(a) debido a mis fantasías o conductas sexuales.
91. Uso con frecuencia la masturbación mientras veo pornografía para escapar de mis problemas o "relajarme" en un día estresante.
92. Me han dicho que soy muy lanzado(a) o atrevido(a) al menos una vez en la vida.
93. Siento que mis fantasías sexuales me dominan.
94. Siento que mi deseo sexual me subyuga/controla.
95. Con frecuencia necesito ver pornografía tan pronto me despierto.
96. Me siento insatisfecho(a) sexualmente, porque en mis relaciones no hago todo lo que veo en el cine pornográfico.
97. Alguna vez en la vida he tenido la sensación de que la pornografía interfiere en mi vida cotidiana.
98. Alguna vez en la vida he tenido la sensación de que la pornografía me estanca o no me permite desplegar todo mi potencial/todas mis capacidades.
99. Mi conducta sexual me ha traído consecuencias negativas (como lesiones, enfermedades, incumplimientos académicos o laborales, rupturas afectivas).
100. Los demás me parecen demasiado mojigatos y acartonados en su conducta sexual.
101. Me parece que los monogámicos (fieles) son sujetos neuróticos y aburridos.
102. A veces puedo ser excesivamente coqueto(a) o seductor(a) con desconocidos.
103. Me parece lo más natural del mundo que la gente vea pornografía a diario.
104. Suelo saludar a los demás de manera sensual/teñida de erotismo.
105. Estoy tan habituado(a) a ver pornografía que debo buscar contenidos cada vez más extremos o pasados para poder excitarme.
106. Alguna vez en la vida he intercambiado material pornográfico con amigos o compañeros de trabajo.
107. Alguna vez en la vida he realizado sexting.
108. A veces me he sentido tan urgido(a)/necesitado(a) de ver pornografía, que lo he realizado a hurtadillas teniendo al lado (o cerca) a mi pareja, a un familiar, a un compañero de trabajo o de estudio, a un profesor, a un amigo o a un tercero que me conoce.
109. Estoy de acuerdo con aquello de que "en tiempo de guerra todo hueco es trinchera", "hay que probarlo todo en la vida" o "una vez al año no hace daño", en el terreno de lo erótico.
110. Suelo asistir a reuniones sociales esperando tener un encuentro sexual.
111. Me excita ver o escuchar las relaciones sexuales de otros.
112. Alguna vez he visto pornografía bajo efectos de sustancias psicoactivas (incluyendo alcohol).
113. Con frecuencia pienso en otra(s) persona(s) cuando tengo relaciones sexuales, y esa otra persona suele ser un actor o una actriz porno.
114. Al menos una vez en al vida alguien me ha dicho que soy una persona infiel o promiscua.
115. La ropa interior me provoca siempre pensamientos sexuales.
116. Tiendo a usar ropa ajustada o reveladora para que me observen con deseo.
117. He tenido sexo sin protección al menos una vez en la vida.
118. He tenido relaciones sexuales pasajeras, "de una noche".
119. Me he grabado o he grabado a otros teniendo sexo.
120. He tenido relaciones sexuales en mi lugar de trabajo.
121. He tenido relaciones sexuales en mi lugar de estudio.
122. He tenido relaciones sexuales en situaciones inadecuadas (un velorio, una calamidad doméstica, un retiro espiritual, un viaje de avión, etcétera).
123. Casi siempre me masturbo mientras consumo pornografía.
124. He asistido a un club o a una fiesta swinger al menos una vez en la vida.
125. Tengo el temor de que mis fantasías sexuales o mi conducta sexual puedan llegar a arruinarme la vida.
126. Me excita la idea de tener relaciones sexuales con un superior (jefe, supervisor, profesor, coordinador, doctor, empleador, arrendador) o con un subalterno (empleado, estudiante, paciente, servidor, arrendatario).
127. Me siento bien viendo grabaciones de mis propias relaciones sexuales.
128. He realizado sexo oral o he masturbado a dos o más personas al mismo tiempo, al menos una vez en la vida.
129. Cuando me siento a hablar con alguien, la pornografía es uno de mis temas recurrentes.
130. Al menos una vez en la vida he obligado, coaccionado o al menos impulsado a mi pareja a hacer algo que le disgusta o desagrada, para cumplir una fantasía sexual que formé después de ver una escena pornográfica.
131. Pienso constantemente en utilizar juguetes sexuales en mis relaciones.
132. A menudo fantaseo con involucrarme en situaciones sexuales extremas, exóticas o salidas de lo normal.
133. Al menos una vez en la vida he tenido sexo, o al menos flirteado (coqueteado) con alguien casado.
134. Si me ofrecen sexo no considero inmoral acceder, así yo y/o esa persona esté (estemos) emparejado(s).
135. Al menos una vez en la vida he hecho algo que me disgusta o desagrada, por imitar/reproducir algo que vi en un video pornográfico.
136. Consumir pornografía es mi manera favorita de aliviar presiones académicas o laborales.
137. Creo que la pornografía es preferible a las relaciones sexuales reales, porque no hay que esforzarse mayor cosa, ni exponerse a sufrimientos, y todo resulta mucho más rápido. Todo está a un clic.
138. A veces veo pornografía de manera compulsiva, sin sentirme lleno(a) en realidad.
139. Alguna vez en la vida he tenido la sensación de que mi conducta sexual es desmesurada, desmedida o se aleja de la normalidad.
140. He realizado alguna actividad sexual en contra de la ley, al menos una vez en la vida.
141. Suelo ver porno para "calmar los nervios" (reducir sintomatología ansiosa) o "subir el ánimo" (reducir sintomatología depresiva) o para poder sentirme en éxtasis ("entrar en trance", "alcanzar el nirvana", "ver estrellas").
142. Si no veo pornografía, no me siento vivo(a).
143. Prefiero la pornografía a las relaciones interpersonales reales, porque está exenta de malentendidos, complicaciones, diferencias y pereques.
144. Mi conducta sexual/mi asunto con la pornografía podría afectar mi reputación.
145. Tengo la sensación de que podría ver porno un día entero, sin parar.
146. Necesito cada vez mayor variedad en mis actividades sexuales.
147. Me cuesta tener una erección o lubricarme si antes de una relación sexual no he visto pornografía.
148. Sin pornografía, la vida me parece desagradable, aburrida e insoportable.
149. Me gustaría realizar en mi vida de pareja todo lo que encuentro cuando consumo pornografía.
150. Me parecen de mente cerrada los que no incorporan disfraces, vibradores, esposas, látigos, sogas, arneses, bolas chinas, anillos peneanos y otros artefactos en sus relaciones sexuales.
151. Pienso que la pornografía me trae mejores sensaciones que el sexo real, y no me exige compromisos ni me expone a riesgos.
152. Cada vez tengo que dedicarle más y más tiempo a la pornografía para poder excitarme.
153. Cuando me he prometido dejar de ver pornografía, sólo lo he conseguido por un corto periodo de tiempo.
154. He dejado de ir a clase o faltado a un examen o incumplido una cita por quedarme consumiendo pornografía, alguna vez en la vida.
155. He notado que la pornografía ha causado problemas en mi vida sexual.
156. He notado que la pornografía ha impedido sacar lo mejor de mí.
157. He intentado, sin éxito, reducir la cantidad de porno que veo a diario.
158. Creo que consultando material pornográfico logro balancear o equilibrar mis emociones.
159. Continuamente planeo cuándo ver pornografía.
160. Gasto más de media hora al día visitando sitios pornográficos en la red.
161. Me he suscrito a alguna página web u otro servicio de pornografía, al menos una vez en la vida.
162. He participado en chats o redes de pornografía.
163. Tengo un alias/un nombre de usuario/un apodo para entrar a sitios pornográficos en la red.
164. He actuado en alguna producción pornográfica (así sea un video casero o amateur), al menos una vez en la vida.
165. Tengo un blog, un perfil de redes sociales o un sitio web personal que contiene pornogafía.
166. Veo porno cuando quiero premiarme o recompensarme por haber alcanzado una meta/finalizado un trabajo/superado una situación difícil o estresante.
167. Buscando novedades en el mundo de la pornografía, me he expuesto a dar mi nombre, mi número de identificación o mi número de teléfono.
168. Tengo contactos en la industria pornográfica.
169. Me he encontrado cara a cara con un(a) modelo webcam y nos hemos reconocido.
170. En mi computador tengo marcadas como favoritas varias páginas pornográficas.
171. He pasado por situaciones incómodas, vergonzosas o bochornosas al ser sorprendido(a) viendo pornografía.
172. Pienso que quienes critican la pornografía o la tildan de patológica son unos reprimidos/neuróticos/ultraconservadores.
173. Tengo un autógrafo u otro recuerdo de alguna estrella porno.
174. Creo que lo que presenta la pornografía es el deber ser de las relaciones sexuales: libres, descomplicadas, abiertas a todo, sin ataduras.
175. Tengo en mi casa o mi lugar de trabajo un afiche o un calendario con fotos de personas desnudas o teniendo sexo.
BIBLIOGRAFÍA
Bulot, C., Leurent, B., & Collier, F. (2015). Pornographie, comportements sexuels et conduites à risque en milieu universitaire. Sexologies, 24(4), 187–193.
Freud, S. (1912). Contribuciones para un debate sobre el onanismo. Obras Completas, 12, 247–263.
Gola, M. (2016). Decreased LPP for sexual images in problematic pornography users may be consistent with addiction models. Everything depends on the model. (Commentary on Prause, Steele, Staley, Sabatinelli, & Hajcak, 2015). Biological Psychology, 117.
Joyce, R. A. (2008). Pornography and the Internet. IEEE Internet Computing, 12(4), 74-77. Doi: https://doi. org/10.1109/MIC.2008.83
Mayer, M. A. (2011). La utilización de Internet entre los adolescentes: riesgos y beneficios. Atención Primaria, 43(6), 287–288.
Peter, J. y Valkenburg, P. M. (2010). Processes underlying the effects of adolescents’ use of sexually explicit internet material: The role of perceived realism. Communication Research, 37(3), 375–399.
Sell Lluveras, J. L. y Padrón Durán, R. S. (2001). Disfunción sexual eréctil. Revista Cubana de Endocrinología, 12(2), 115-123.
Velasco, A. y Gil, V. (2017). La adicción a la pornografía: causas y consecuencias. Drugs and Addictive Behavior, 2(1), 122-130
David Alberto Campos Vargas
Médico y cirujano - Pontificia Universidad Javeriana
Especialista en Psiquiatría - Pontificia Universidad Javeriana
Neuropsicólogo - Universidad de Valparaíso
Neuropsiquiatra - Pontificia Universidad Católica de Chile
Filósofo - Universidad Santo Tomás de Aquino
Psicoterapeuta - Sociedad de Psicoterapia Formativa
Cómo citar este artículo: Campos Vargas, D.A. (2021) Claves para el diagnóstico de la adicción a la pornografía. Revista Virtual de Psicoterapia Formativa, Mayo de 2021.
No hay comentarios:
Publicar un comentario