ACTIVIDAD FÍSICA EN LOS ESTUDIANTES DE VII SEMESTRE DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DEL QUINDÍO EN EL PERIODO COMPRENDIDO ENTRE EL 20 DE ENERO DE 2020 Y EL 20 DE FEBRERO DE 2020
David Alberto Campos Vargas, MD*, Salomé Carmona Giraldo**
Resumen
Se encuestó a los estudiantes de VII Semestre de Medicina de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Quindío sobre si realizan o no actividad física, cuántos días a la semana le dedican, cuál actividad física (qué tipo de deporte o ejercicio) hacen, y si consideran importante la realización de dicha actividad. La totalidad de los matriculados en VII Semestre (n=26) aceptó participar en el estudio, contestar la encuesta y firmar el consentimiento informado para participar en el estudio. A partir de los resultados, se formularon algunas pistas para que a nivel personal, institucional y comunitario se puedan instaurar estrategias encaminadas a incentivar y mantener la actividad física en dicho grupo de estudiantes.
Palabras Clave: Actividad física, Actividad Deportiva, Hábitos de vida saludables, Universitarios, Estudiantes de Medicina.
Abstract
Students of the VII Semester of Medicine of the Faculty of Health Sciences of the University of Quindío were surveyed on whether or not they do physical activity, how many days a week they do physical activity, what type of sport or exercise perform, and if they consider important this topic. All of those enrolled in VII Semester (n = 26) agreed to participate in the study, answered the survey and signed the informed consent to participate in the study. Based on the results, some clues were formulated to make about encouraging and maintaining physical activity in that group of students.
Key words: Physical Activity, Sport Activity, University Students, Healthy Lifestyle habits, Medicine Students.
Introducción
El interés por conocer el estilo de vida de los estudiantes de Medicina ha venido en aumento los últimos años, dada la importancia que tienen los hábitos de vida saludable en la salud física y mental de quienes se espera que en un futuro provean de salud a las demás personas. Es importante que los próximos médicos puedan ser coherentes y practiquen lo que recomiendan a sus pacientes. Sólo así, con su ejemplo, los galenos del mañana podrán ser más convincentes en sus actividades de consejería y psicoeducación.
En consecuencia, resulta muy importante investigar en dicha población uno de los pilares de los hábitos de vida saludable: la actividad física diaria. En últimas, ¿cuál es la coherencia del médico que recomienda a sus pacientes realizar actividad física, si él mismo no lo realiza? Dicho de otra manera: ¿se está cuidando a sí mismo el profesional que vela por el cuidado de las demás personas?
De la actividad física dependen la buena salud mental, la reducción de la prevalencia de enfermedades no transmisibles, el buen rendimiento académico, la menor prevalencia de trastornos depresivos y ansiosos, la menor prevalencia de ideas y conductas suicidas, la mejoría en el patrón de sueño, la mejoría en la autoestima y una mayor capacidad para afrontar situaciones de estrés sin recurrir a la violencia (Ferro, 2020).
Es una variable relevante para el estado de salud general y la longevidad, y su ausencia se relaciona con una mayor mortalidad en las personas. La inactividad física se encuentra asociada a menor duración y menor calidad de vida, mayor probabilidad de hipertensión arterial y otros desenlaces cardio-cerebro-vasculares (enfermedad coronaria, infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular), arteriosclerosis y ateromatosis, osteoporosis y fibromialgia (Weineck, 2001).
La actividad física también ha demostrado ser muy útil en la prevención y el control de enfermedades metabólicas, inmunológicas, cardiovasculares y osteomusculares, y es piedra angular en casi todos los tratamientos médicos de diversas especialidades (Costill y Wilmore, 2007).
Asimismo, permite satisfacer los instintos individuales de exploración y agresión de forma saludable, y fortalece los lazos sociales y la red de apoyo. Además, la actividad física recreativa es una oportunidad de integración entre grupos y de participación social, y un elemento indispensable dentro de algunos abordajes psicoterapéuticos como la psicoterapia formativa (Campos, 2020).
El ejercico practicado de manera permanente ha demostrado beneficios en la salud psicológica como reducción de los niveles de estrés en las personas, el cual es un factor común entre los estudiantes de Medicina (Abarca, Franulic, Hernandez e Iglesias, 2015).
Lo irónico es que los futuros médicos muchas veces saben todo lo anterior, y tienen claro que una vida saludable incluye actividad física regular, pero no llevan a la práctica dicho conocimiento.
Métodos
Cada uno de los participantes del estudio (la totalidad de los estudiantes de VII Semestre del Programa de Medicina de la Universidad del Quindío), firmó un Consentimiento Informado redactado para tal fin, autorizando a los investigadores a disponer de todos los datos consignados en la encuesta (Actividad Física en los estudiantes de VII Semestre de Medicina cohorte 2020).
Después de diligenciado el Consentimiento Informado, se realizó la siguiente encuesta:
Encuesta Estudio Actividad Física en los estudiantes de VII Semestre de Medicina de la Universidad del Quindío en el periodo comprendido entre el 20 de enero de 2020 y el 20 de febrero de 2020
1. ¿Realiza usted algún tipo de actividad física? SI__ NO__
Si la respuesta es NO, justifique el por qué y salte a la pregunta 4.
De ser positiva la respuesta anterior conteste las siguientes preguntas:
2. ¿Cuál actividad física realiza?
3. ¿Con qué frecuencia realiza actividad física?
a. 1 vez a la semana
b. De 2 a 4 veces a la semana
c. Más de 4 veces a la semana
4. ¿Considera usted importante realizar algún tipo de actividad física? ¿Por qué?
Posteriormente, se analizaron los datos recolectados y se establecieron los porcentajes y los resultados.
Resultados
La totalidad de los estudiantes de VII Semestre de Medicina de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Quindío (26 personas) aceptó participar en el estudio, firmó consentimiento informado y diligenció la encuesta.
De los 26 participantes, 11 personas (42,3 % del total de encuestados) refirieron no hacer ningún tipo de actividad física. De ellos, 6 personas (23,08%) argumentaron que no hacían actividad física por falta de tiempo; 3 personas (11,54 %) explicaron que no lo hacían por falta de motivación para persistir en la práctica, y 2 personas (7,69%) comentaron que no la hacían por falta de interés.
De otro lado, de los 26 estudiantes encuestados, 15 (57,7% del total de encuestados) contestaron que sí realizaban alguna actividad física a la semana. De estos, 5 personas (19,23% del total de los encuestados) van al gimnasio, 4 personas (15,38%) trotan, 2 personas (7,69%) juegan pimpón, 2 personas (7,69%) realizan caminata deportiva, 1 persona (3,85%) hace gimnasia en casa y 1 persona (3,85%) hace natación.
Tipo de actividad
· 5 van al gimnasio (19,23%)
· 4 trotan (15,38%%)
· 2 juegan pimpón (7,69%%)
· 2 hacen caminata (7,69%)
· 1 hace gimnasia en casa (3,85%)
· 1 hace natación (3,85%)
Frecuencia
3 practican 1 vez a la semana (11,54%) · 10 realizan actividad física de 2 a 4 veces a la semana (38,46%) · 2 realizan actividad física más de 4 veces a la semana (7,69%)
El 100% de los encuestados respondió que considera que la actividad física es importante para la salud, tanto física como mental.
Discusión
La realización de la carrera de Medicina en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Quindío incluye 13 semestres, de los cuales los 6 primeros (I a VI semestre) son en Áreas Básicas (Nutrición y Metabolismo, Sistema Digestivo, Sistema Respiratorio, Sistema Cardiovascular, Sistema Genitourinario, Sistema Renal, Sistema Osteomuscular, Relación Médico-Paciente, Neuroanatomía, Virología, Bacteriología, Inmunología, Parasitología, Psicología Médica, Bioética, Fundamentos en toma de decisiones clínicas), los 5 siguientes (VII a XI semestre) son en Áreas Clínicas (Núcleo Integrador, Psiquiatría, Neurología, Medicina Interna, Pediatría, Ginecoobstetricia, Cirugía General, Medicina Legal, Otorrinolaringología, Oftalmología, Urología, Dermatología, Cirugía Plástica, Ortopedia, Anestesiología), y al finalizar realizan un año de Internado (semestres XII y XIII). A lo largo de todo este tiempo, los estudiantes leen sobre las bondades del deporte y la actividad física, y hasta tienen profesores que se las recuerdan insistentemente, pero por desgracia, a duras penas la mitad de ellos aplica en su vida lo aprendido.
La actividad física proporciona a los jóvenes que se encuentran estudiando Medicina un espacio para la recreación, el sano esparcimiento, el mejoramiento en diversos sistemas de su organismo (cardiovascular, digestivo, nervioso, renal, óseo, muscular), la relajación, el fortalecimiento y la optimización de la salud en general; si se acostumbran a realizar actividad física en el pregrado, es más probable que forjen un muy buen hábito, con el que reducirán el impacto de diversas enfermedades (incluidos muchos trastornos psiquiátricos de corte depresivo y ansioso). Es evidente que les proporciona beneficios a nivel físico y mental.
Sin embargo, aún hay que avanzar mucho en ese sentido. Los estudiantes de Medicina siguen siendo bastante sedentarios. El presente estudio, así como los otros referenciados en la bibliografía, corrobora que los futuros médicos no realizan la actividad física que ellos mismos saben, a nivel teórico, que es provechosa para la salud.
Es preocupante que 11 de los 26 estudiantes de VII Semestre (42,3%) no realicen ninguna actividad física. Es decir, casi la mitad de los jóvenes de dicho grupo es completamente sedentaria. Si no modifican su estilo de vida, serán de esos médicos incoherentes que velan por la salud de los otros siendo ellos mismos muy poco saludables.
Llama también la atención que muchos de los encuestados (23,08%) adujeron que no hacían actividad física por falta de tiempo. Esto parece ser un fenómeno frecuente en los Programas y las Facultades de Medicina. Es indiscutible que se trata de una carrera difícil, tal vez la más exigente, en la que las presiones a nivel académico se unen a un gran desgaste físico y emocional (con rotaciones en las que hay turnos nocturnos día de por medio, por ejemplo). Pero también es cierto que una actitud más responsable y de autocuidado es necesaria: sería deseable que esos estudiantes se tomaran más en serio sus vidas y sacaran tiempo para algo tan importante como su propia salud (que es mucho más importante que cualquier asignatura, a decir verdad).
El estudio también evidencia que hay una enorme distorsión cognitiva en los estudiantes sedentarios: el 11,54 % dijo que no hacía actividad física por falta de motivación para persistir en la práctica, y el 7,69% contestó que no hacía actividad física por falta de interés. Esto es completamente contradictorio. Paradójicamente, el 100% de los encuestados contestó que reconocía la importancia de la actividad física como factor determinante de la salud. No es excusable, en consecuencia, la discordancia entre el reconocer los beneficios de la actividad física y el ser inconstante o desinteresado en su práctica.
Los hallazgos del presente estudio nos muestran entonces tres escenarios a intervenir, en aras de mejorar la salud de los estudiantes de Medicina: a) garantizar el tiempo adecuado (un tiempo mínimo indispensable para mantener o recobrar la buena salud, por lo menos), si es necesario hasta dentro del propio currículo; b) ofrecer variedad de actividades, oportunidades y escenarios, para que no haya lugar a la desmotivación; c) brindar, a través de unos profesores capacitados para ello, el estímulo apropiado para que los estudiantes desarrollen interés en realizar actividad física.
Desafíos futuros
Detectados los problemas, y también los caminos de intervención (garantizar el tiempo adecuado, ofrecer variedad para evitar la desmotivación, brindar el estímulo apropiado), debemos buscar algunas soluciones.
La pregunta clave, en el contexto al cual pertenece el grupo encuestado, es: ¿cómo animar a los jóvenes estudiantes de VII Semestre del Programa de Medicina de la Universidad del Quindío, a realizar más actividad física (los ya tienen ese buen hábito de vida) o a empezar a hacerla (los que son completamente sedentarios hasta el momento)?
Lo primero es garantizar una cantidad de horas adecuada para la realización de dicha actividad física. Esto es, el Programa de Medicina de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Quindío debe ofrecer a los estudiantes una oportunidad genuina para realizar actividad física: contemplada en el currículo de todos los semestres, con un mínimo de tiempo estandarizado (al menos una hora diaria). Es decir, reconocida como asignatura. Y en todos los semestres deberá garantizarse al menos una hora diaria para la misma, teniendo en cuenta las recomendaciones de actividad física para los jóvenes.
Lo anterior sólo tomará forma en caso de que la actividad física y/o deportiva sea efectivamente contada como una asignatura, con unos créditos académicos definidos, y que sea calificada y su nota incluida dentro del promedio de cada semestre. De lo contrario, quedará como una actividad “de menos categoría” y terminará siendo relegada por las asignaturas que los usualmente estresados estudiantes de Medicina consideran primordiales.
El siguiente paso es permitirles a estos jóvenes una variedad de opciones de actividad física dentro de la institución educativa. Hasta ahora las universidades han hecho mucho énfasis en la formación de “deportistas” y en ganar campeonatos y medallas, privilegiando una minoría (la de los deportistas de alto rendimiento), en desmedro de la mayoría de los estudiantes. La Universidad del Quindío no ha sido la excepción. Es muy loable que se formen también deportistas de élite y campeones, pero no pueden quedarse ahí los esfuerzos de la institución.
La Universidad, por el contrario, debe ofrecer posibilidades de actividad física agradable a todos los estudiantes: para todos los gustos. Esto significa continuar brindando entrenamiento y supervisión especializada a los jóvenes deportistas de alto rendimiento, pero sin descuidar al resto de los estudiantes. Todos los jóvenes deben ser tenidos en cuenta por quienes diseñan las distintas estrategias de incentivo de la actividad física, y todos deben tener, obviamente, oportunidades reales para la actividad física.
En ese orden de ideas, los estudiantes de Medicina (todos, no sólo los deportistas de élite) deben ir superando su tendencia al sedentarismo. No pueden quedarse rezagados, en cuanto a salud se refiere, con respecto a los otros estudiantes uniquindianos. Como ya se ha señalado, es bastante contradictorio que quienes se encargarán de fomentar la salud en la población general, estén fallando en un pilar del estilo de vida saludable como lo es la realización regular de actividad física.
Consecuentemente, los estudiantes de Medicina del Programa de Medicina de la Universidad del Quindío deben tener oportunidad de realizar actividad física acorde con sus capacidades y preferencias. El Programa de Medicina, la Facultad de Ciencias de la Salud, y toda la Universidad como institución, deben permitir a sus estudiantes escoger el tipo de actividad física recreativa que realizarán y ofrecerles también, dentro de las instalaciones de su alma mater, diversas opciones (ojalá todas las distintas disciplinas deportivas) para que realicen la actividad física de manera libre y placentera, en lo que más les apetezca.
Si se imponen actividades de manera rígida y vertical, los jóvenes no las percibirán como una experiencia agradable, y será menos probable la formación de un hábito; en cambio, si se les permite escoger el tipo de actividad física a realizar, y se les brinda el espacio adecuado para hacerlo, lo tomarán con gusto, como una experiencia agradable, y probablemente formen un hábito.
También debe proveerse a los jóvenes estudiantes de Medicina todos los recursos e instrumentos que les permitan la realización de la actividad física que corresponda a sus capacidades y preferencias. No basta un simple polideportivo para afirmar que está trabajando por la salud física y mental de los estudiantes. Se debe garantizar un acceso a variedad de espacios (gimnasios, piscinas, pistas de atletismo, canchas para los distintos deportes, mesas de pimpón, etcétera), de materiales (balones de distintos tipos, lazos, obstáculos de atletismo, colchonetas, muebles y maquinaria de gimnasio) y de recursos (tanto en infraestructura como a nivel humano, verbigracia, educadores físicos especializados en cada área, asesores expertos en nutrición y dietética, médicos de familia y médicos deportólogos).
El tercer paso es el de ofrecer profesores que motiven y estimulen a los estudiantes de Medicina de la Universidad del Quindío. Los profesores encargados de esta labor deben estar debidamente acreditados, deben tener una visión personalizada de su quehacer (siendo lo suficientemente amplios de miras como para permitir a cada estudiante un desempeño en actividad física en sintonía con sus intereses y estado físico, sin privilegiar la práctica de deportes de competencia ni enfocarse solamente en los estudiantes deportistas de alto rendimiento), y deben entender que la actividad física placentera y de libre escogencia permitirá que el joven adopte un hábito agradable que continuará en la adultez.
Con estos docentes cualificados, la actividad física realizada en la Universidad del Quindío será lo más segura y benéfica posible. Dichos profesores tendrán también un enfoque realista, pragmático y personalizado, con objetivos definidos para cada alumno.
Por otra parte, el Estado está llamado a garantizar un marco jurídico que respalde lo mencionado, con leyes claras que exijan a las universidades de Colombia la implementación de todas las medidas pertinentes para garantizar a sus futuros médicos una formación en actividad física y deporte de calidad. También debe realizar un seguimiento a las instituciones educativas universitarias en todo el territorio nacional, velando por el cumplimiento de dichas reglamentaciones.
La ciudadanía tiene a su vez un papel de vigilancia continua del Estado y sus instituciones, para que cumplan lo establecido y ejecuten todas las acciones pertinentes a conseguir sus objetivos. Es mandatorio que la comunidad académica, los padres de familia, los vecinos de la Universidad del Quindío, y los quindianos en general, conozcan los procesos y velen porque a los estudiantes les sean respetados los puntos anteriormente descritos. El acompañamiento comunitario sostenido permitirá que las estrategias mencionadas no se limiten a una administración o a un periodo de tiempo restringido. Se necesita, por el bien de los futuros médicos y de sus pacientes, que estas iniciativas sean duraderas y de largo alcance.
Conclusiones
El presente estudio evidencia, una vez más, que no todos los estudiantes universitarios realizan la actividad física recomendable para tener una buena salud. Y muestra, también de forma contundente, que los estudiantes de Medicina no son la excepción. En la muestra analizada (la totalidad de los estudiantes de VII Semestre de Medicina de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Quindío) se establece, de hecho, que en el 42,3% (casi la mitad de ellos) hay un preocupante sedentarismo.
Se concluye que la falta de tiempo (23,08% de los encuestados), la falta de motivación para persistir en la práctica de la actividad física (11,54%) y la falta de interés (7,69%) fueron los motivos aducidos por los participantes sedentarios del estudio.
El trabajo también arroja que los estudiantes de VII Semestre de Medicina de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Quindío que sí hacen algún tipo de actividad física o deportiva, prefieren las siguientes disciplinas: gimnasia, caminata, atletismo, natación, fútbol y tenis de mesa (pimpón).
Se pone de manifiesto que en aras de mejorar la salud de dichos estudiantes es imperioso: garantizar un tiempo mínimo indispensable para realizar actividad física, establecido dentro del currículo; ampliar la oferta de actividades, oportunidades y escenarios, para que no haya lugar a la desmotivación; estimular y promover, usando el recurso humano idóneo, la realización de actividad física por parte de dicha población.
Los vacíos legales, las conductas acostumbradas de las universidades (como centrarse en los deportistas de alto rendimiento, descuidando a los estudiantes comunes y corrientes que también necesitan actividad física para tener buena salud), el descuido de parte de los colegios y asociaciones de Facultades de Medicina, el escaso interés de parte de las autoridades universitarias, la falta de tiempo, la limitada variedad de actividades y escenarios, la escasez de docentes especializados en este campo, el pobre compromiso de algunos de los médicos que son profesores y de varios de los mismos estudiantes, entre otros factores, impactan negativamente en el acceso de los futuros doctores a una actividad física individualizada, flexible e incluyente. En consecuencia, los estudiantes de Medicina colombianos están expuestos al sedentarismo y todas las morbilidades asociadas a la inactividad física.
Se necesita un Estado eficiente y realmente comprometido con la juventud colombiana, que se esfuerce en ejecutar todas las acciones encaminadas a favorecer la actividad física en las Facultades de Medicina de Colombia, y que sea constante en vigilar su implementación y desarrollo. Esto lleva implícita la necesidad de una ciudadanía consciente de los beneficios de una adecuada actividad física en los futuros médicos del país, que exija a ese Estado la garantía del cumplimiento de dichas leyes.
En el caso particular de los estudiantes de Medicina de la Universidad del Quindío, se requiere entonces de unas estrategias que garanticen los espacios para la actividad física (que deberían ser consideradas actividades curriculares, y de la misma importancia que las otras materias que ellos estudian), las instalaciones y los insumos y equipos requeridos para la noble causa de enseñar a los futuros cuidadores a cuidarse bien ellos mismos. Resulta bastante paradójico que los guardianes de la salud vivan vidas tan poco saludables, y no dispongan del tiempo o de los recursos para realizar una de las actividades de promoción y prevención más baratas y costo-efectivas: el ejercicio físico.
Este breve estudio constituye una mirada rápida al nivel de sedentarismo de los estudiantes de VII Semestre del Programa de Medicina de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Quindío, y puede sensibilizar a la comunidad universitaria acerca de la necesidad de iniciativas que promuevan la actividad física en ellos.
Bibliografía
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Campos Vargas, D.A. (2020). Fundamentos de Psicoterapia Formativa. Armenia: SPF.
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Weineck, J. (2001). Salud, Ejercicio y Deporte. Barcelona: Editorial Paidotribo.
*
David Alberto Campos Vargas
Médico cirujano, Pontificia Universidad Javeriana
Especialista en Psiquiatría, Pontificia Universidad Javeriana
Neuropsicólogo, Universidad de Valparaíso
Neuropsiquiatra, Pontificia Universidad Católica de Chile
Filósofo, Universidad Santo Tomás de Aquino
**
Salomé Carmona Giraldo
Estudiante de Medicina, Universidad del Quindío
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