lunes, 25 de mayo de 2020

LOS CUIDADOS DEL CUIDADOR EN LA PANDEMIA: LA SALUD DEL PSICOTERAPEUTA FORMATIVO FRENTE AL SARS-COV2, por David Alberto Campos Vargas


LOS CUIDADOS DEL CUIDADOR EN LA PANDEMIA: LA SALUD DEL PSICOTERAPEUTA FORMATIVO FRENTE AL SARS-COV2

David Alberto Campos Vargas, MD*


En este breve texto, quiero dar unas indicaciones claras para los psicoterapeutas graduados o en proceso de formación.
Siempre con fe y optimismo, sabiendo que la adaptación es posible y que la relación profunda con el Señor dará a cada miembro (egresado, educando, docente) de la Sociedad de Psicoterapia Formativa la fuerza y el tesón necesarios para afrontar la presente coyuntura sanitaria, cariñosamente recomiendo:

1.  Las sesiones deben realizarse de manera virtual (teleconsulta), en aras de salvaguardar la vida, la integridad, la salud y el bienestar tanto del paciente como del terapeuta.

2. Los encuentros pueden realizarse utilizando todos los recursos tecnológicos disponibles: plataformas para reuniones virtuales, videollamadas por redes sociales e incluso llamadas telefónicas (con los pacientes que no tengan acceso a internet en sus viviendas, pero que sí dispongan de servicio de telefonía básica). La clave está en no saturarse mentalmente: una vez atendido el paciente (concluido el encuentro sincrónico), el psicoterapeuta no volverá a interactuar de manera directa con él (ni contestando llamadas, ni respondiendo mensajes) hasta la siguiente sesión. Sí podrá, en cambio, enviarle material de utilidad (seguimiento diacrónico).

3.  El acompañamiento diacrónico a los pacientes (mientras llega la siguiente sesión o encuentro sincrónico) consistirá en el envío de dicho material de apoyo, a través de redes sociales o correo electrónico. Así, el psicoterapeuta formativo podrá enviar tareas, diagramas e imágenes de apoyo, libros, artículos, videos (de ejercicios espirituales, técnicas de respiración o relajación, música relajante, rutinas de aeróbicos y otros ejercicios según la edad y el estado físico del paciente), textos (que contribuyan a consolidar lo trabajado en la cita), íconos o memes que motiven o refuercen cogniciones positivas, audios, recomendaciones y sugerencias (nutricionales, de pareja, referidas a la higiene del sueño, etcétera) y otras actividades complementarias que permitan más aprendizajes significativos en el intervalo entre sesiones. De este modo, el terapeuta no se agotará innecesariamente, el paciente tendrá la certeza de que se le continúa dando apoyo sin anclarse en patrones ansiosos de apego, se hará un seguimiento responsable sin desgastar al tratante y se mantendrá un encuadre sano y respetuoso con los tiempos y horarios de cada uno de los miembros de la diada terapéutica.

4.  Es importante que el psicoterapeuta sepa que no está haciendo nada malo si saca tiempo para sí. La pandemia ha golpeado a todos los psicoterapeutas del mundo. No conozco el primero que no haya experimentado incertidumbre frente a su futuro laboral, temor a que algún familiar se contagie o enferme, insomnio, desasosiego, trastornos depresivos o ansiosos, u otras vicisitudes psicológicas derivadas de esta crisis global. Por ello, mal haría en negarse los espacios que su mismo espíritu le solicite (más tiempo para la oración, la meditación, la distracción, el descanso, el ocio productivo y el confort en general).

5. El psicoterapeuta formativo tiene el mandato de saberse cuidar, porque sólo así podrá estar en capacitar de cuidar de los demás. Al trabajar adentro, se fortalecerá para brindar una mejor atención afuera. No se puede irradiar vitalidad, alegría, armonía y equilibrio si interiormente hay cansancio, tristeza, desasosiego y desorden.    

6. Se debe valorar el encuentro virtual en toda su grandeza. Es obvio que todos estábamos acostumbrados a la presencialidad, a la que considerábamos más “cálida” y “humana”, pero la dura realidad de tantos terapeutas de otras escuelas fallecidos nos obliga a replantearnos nuestras anteriores concepciones relacionadas con este punto. Muchos psiquiatras, psicólogos, consejeros espirituales, trabajadores sociales y terapeutas ocupacionales murieron de Covid 19, especialmente el primer trimestre del año 2020, al no tener conciencia del grave riesgo que implicaba el continuar atendiendo pacientes de forma presencial. Una vez corroborada la transmisión aérea del virus (a través de microgotículas aerosolizadas), y constatados los riesgos de contagio al hablar con otra persona, especialmente en recintos cerrados, se hizo mandatoria la teleconsulta. En la actualidad prácticamente todos los consultorios y hospitales psiquiátricos están realizando telemedicina. Negarse a utilizar la virtualidad, al menos mientras aparece una vacuna, es una conducta masoquista y suicida (en términos del terapeuta) y desconsiderada y potencialmente causante de daño social (desde el punto de vista de sus consultantes), y, por tanto, inadmisible.

7. No es menos una consulta virtual que una consulta presencial. No tiene menos dignidad, ni menos nivel técnico, ni menos impacto en la salud, ni menos capacidad de generar un cambio positivo tanto en el paciente como en el psicoterapeuta. Por lo tanto, es recomendable mantener las tarifas que antes se manejaban.

8. Es saludable reducir a cero el porcentaje de tiempo que se dedica a leer, escuchar y mirar noticias que estén diseñadas para impactar, alarmar y conmover a la opinión pública. El amarillismo de ciertos periodistas está concebido para hacer temblar a sus lectores, radioescuchas y televidentes. Hay factores económicos, sociales y hasta políticos asociados a esa conducta tan poco ética. Este tipo de periodismo, que va de la mano con la cultura light y la civilización del espectáculo, es el menos conveniente para circunstancias históricas como las que estamos viviendo en esta pandemia. El psicoterapeuta formativo debe buscar solamente información científica y pertinente, en fuentes confiables, y que sea útil para cuidar su salud y la de los demás. En ese orden de ideas, deberá privilegiar las noticias relacionadas con las medidas de prevención del contagio, las estrategias para la promoción de la salud y el bienestar, y los avances en el diagnóstico y el tratamiento de la Covid 19. El acercamiento a dichas actualizaciones médicas deberá hacerse a una hora fija, máximo 45 minutos al día, y preferiblemente nunca antes de dormir.

9. Es aconsejable implementar medidas de protección en el lugar en el que se vive, para asegurar la vida, la integridad, la salud y el bienestar de sí mismo y del resto de integrantes de su vecindario. Uno de los sellos distintivos de nuestra forma de entender la psicoterapia es su profundo sentido ético y de responsabilidad social. Todo psicoterapeuta formativo está llamado a ser un líder comunitario, un creador de consciencia y un auténtico gestor de cambio. El uso de mascarilla, el distanciamiento social, el lavado de manos con agua y jabón, la estricta regulación de las personas que ingresen al edificio, conjunto o condominio en el que se viva, las exigencias de higiene a quienes deambulen cerca, la estandarización de normas referentes a las visitas (que sólo deben permitirse si se trata de familiares de personas con discapacidad o enfermedad de difícil manejo que vayan a llevarle medicamentos), la entrega de domicilios exclusivamente en portería, la prohibición de las reuniones y eventos sociales, el cierre de los gimnasios y las zonas húmedas, y todas las otras medidas que pueda contribuir a implementar, en su calidad de científico comprometido con la comunidad, son bienvenidas y, con toda seguridad, tendrán su debida recompensa por parte del Señor.

10. Todo miembro de la Sociedad de Psicoterapia Formativa, además de ser un líder responsable, juicioso y solidario, está llamado a ser también un educador y promotor de la salud en su comunidad, en su ciudad y en su país. Puede utilizar todos los recursos tecnológicos a su disposición para dar a sus vecinos, amigos y conciudadanos a información veraz, lúcida y basada en la evidencia científica.  Asimismo, debe desmentir con coraje todo tipo de bulos, panfletos y mensajes de redes sociales que contribuyan a la desinformación, las posturas anticientíficas y la perpetuación de conductas que atenten contra la salud pública.

11. Ayudar y sentirse útil, dentro de las propias posibilidades (recursos económicos, edad, estado físico, presencia o no de comorbilidades), no solamente mejora la salud mental y disminuye el riesgo de secuelas (insomnio crónico, trastorno de estrés postraumático, depresión), sino que contribuye al propio mejoramiento de la personalidad y permite ir acercándose al Cielo, la meta primordial de la existencia humana. Así, acciones como la donación y/o entrega de medicamentos y mercados a familias necesitadas, voluntariados en líneas de atención y soporte emocional, actividades docentes y de capacitación comunitaria, ayuda a personas ancianas o enfermas en su barrio o vecindario que requieran alimentos u otros productos de primera necesidad (siempre y cuando se garantice el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad) ejercidas por docentes, egresados o educandos de la Sociedad, son aplaudidas y enaltecen el buen nombre de esta escuela.

12. Aprovechando las posibilidades de conexión que ofrecen la virtualidad y las redes sociales, el psicoterapeuta formativo debe acercarse a todo tipo de comunidades religiosas, académicas, deportivas y lúdicas que puedan brindarle sano esparcimiento y crecimiento espiritual.

13. Es conveniente incentivar el fortalecimiento de redes de apoyo, tanto para sí mismo como para sus pacientes. Estos tiempos recios se encaran mejor si se tienen amistades prestas a tender una mano. Conectarse y hacer nuevos amigos, afianzar y avivar las relaciones actuales, y reencontrarse con parientes lejanos y viejas amistades, puede ser sumamente provechoso.

14. A nivel matrimonial, familiar y comunitario, el psicoterapeuta formativo debe ser una voz de aliento cuando cunda el desánimo, un líder sensato para evitar la irracionalidad y la zozobra, un guía prudente frente al pavor y la desesperación, un puente cuando surjan las desavenencias, un constructor de paz siempre listo a invitar al trabajo mancomunado y cooperativo.

15. Es importante asumir que llegan momentos de quiebre, en los que el propio psiquismo no da más. Ahí es pertinente detenerse, tumbarse en el sofá o acostarse en la cama, darse una buena siesta, desconectarse por un rato. Después conviene darse una ducha, hacer algo de ejercicio o realizar una actividad agradable y relajante. Al terminar, elevar una plegaria de agradecimiento al Señor, el Dueño de la Vida, y quedarse un tiempo junto a Él, en un estado contemplativo. En esos momentos de reconstrucción, el terapeuta se fortalecerá y se reabastecerá del vigor necesario para volver a la carga, animado y en buena disposición.

16. Cuando lleguen esos momentos de cansancio, el psicoterapeuta formativo debe recordar todas las virtudes cristianas que lo animan, especialmente la humildad y la confianza la Divina Providencia (lo que muchos santos han descrito como “abandonarse en los brazos de Dios”). El estrés frente a las vicisitudes del trabajo y la vida cotidianos, la ira cuando surgen imprevistos o errores (propios o ajenos), la frustración al experimentar que las cosas no salen según lo planeado, y todos los sentimientos de derrota o malestar que puedan surgir, no significan que el terapeuta no sepa hacer su trabajo o sea débil, sino que es un ser humano, imperfecto y necesitado de la ayuda y la misericordia del Todopoderoso.

17. Es aconsejable pedir ayuda. Batallar solo es echarse encima una carga innecesaria, que sólo provoca irritación y desgaste. Es bueno compartir las penas, desahogarse con otro colega, delegar en el trabajo, soltar lastres y aceptar que no todos los resultados van a ser perfectos. Estos tiempos difíciles provocados por la peste china requieren que el psicoterapeuta sea más flexible y comprensivo, más realista y caritativo. Y dichas comprensión y caridad empiezan por sí mismo. Se necesita cierto nivel de autoindulgencia, y tomarse hasta con humor los propios fallos, para no agriarse el carácter.

18. También es necesario hacer múltiples pausas durante el trabajo. No sólo para descansar o distraer la mente, sino también para darle reposo a los ojos (que suelen verse afectados al estar tanto tiempo expuestos a pantallas). Esas pausas pueden ser la ocasión propicia para realizar una oración, hacer ejercicios de estiramiento o hasta darse una siesta.

19. Alimentarse saludablemente (con alimentos ricos en vitaminas, proteínas de alto valor biológico y fibra), con una dieta variada y en cantidad suficiente, hará que la labor del psicoterapeuta formativo sea más llevadera.

20. De la mano con lo anterior, la realización de actividad física y deportiva es fundamental. Es preferible, obviamente, la realización de dicha actividad en un espacio en el que no exista ningún riesgo de contagio: un lugar en el que no tenga el peligro de encontrarse con nadie ajeno al núcleo familiar con el que se está realizando el confinamiento. Por este motivo es idóneo pasar la cuarentena en una finca o casa campestre, en la que se pueda hacer ejercicio con riesgo casi nulo de infección. Ahora bien, si el psicoterapeuta se encuentra confinado en un apartamento o una casa ubicados en el casco urbano de su municipio, y tenga alguna(s) comorbilidad(es) que implique(n) un aumento en el riesgo de fatalidad en caso de contraer el coronavirus, lo aconsejable es que acondicione una habitación como un pequeño gimnasio, y pueda realizar ahí todo el deporte que pueda, solo o acompañado: aeróbicos, rutinas de fortalecimiento cardiovascular, ejercicios de fuerza y resistencia, pilates, taichí, yoga y otros tipos de estiramiento. No es indispensable tener bicicleta estática, caminadora, elíptica u otro tipo de maquinaria. Basta un cuarto limpio con buena luz y ventilación. Los ejercicios puede hacerlos de memoria, si ya tenía el hábito, o puede seguir a un profesor por vía virtual, o a través de un video o un programa de televisión. Si el terapeuta es joven y no padece ninguna enfermedad, puede salir a hacer deporte a un parque o polideportivo en su barrio, conjunto residencial o condominio, siempre y cuando conserve el distanciamiento social, lleve mascarilla y gafas protectoras y se abstenga de tocar superficies.

21. Después de su fecunda y dichosa relación con Dios, lo más importante para un psicoterapeuta formativo es la familia. Si está pasando la cuarentena con sus parientes más cercanos, debe ser siempre una presencia sonriente y optimista pese a las dificultades, un puente y un conciliador cuando surjan desavenencias, una voz de tranquilidad y optimismo frente a la ansiedad colectiva, una mente cabal, científica y razonable frente a los bulos y las cadenas de falsa información que inundan las redes sociales, y, ante todo, una persona amorosa y caritativa, presta a ayudar, siempre dulce y respetuosa en el trato. Allí donde están problemas, malentendidos e incomprensiones, estará listo a sembrar amor y paz. Obviamente, también deberá establecer un contacto constante por vía virtual con el resto de sus familiares, para acompañarlos, aconsejarlos, distraerlos y alegrarles el día. El beneficio es enorme, y para ambas partes. Si el escenario consiste en que el terapeuta se encuentre viviendo solo durante la pandemia, con mayor razón deberá estar en contacto permanente con toda su parentela.  

21. Las buenas amistades (ese sacerdote que es muy amigo de Dios y tiene palabras de piedad y sabiduría, ese hombre de corazón sencillo que sabe aconsejar, esa ex compañera de estudios que siempre sabe alentar y animar en los momentos de intranquilidad) son de vital importancia. Es muy recomendable estar en contacto permanente con ellas: una reunión virtual, una llamada telefónica, una videollamada, un mensaje de texto, un correo electrónico o un saludo a través de redes sociales puede dar alegría, equilibrio, esperanza y sensación de compañía.

22. Resulta provechoso establecer redes de contacto y grupos de apoyo en redes sociales. Vecinos, allegados y amigos, unidos frente a la peste, son una fuente valiosa de consejos, números de teléfono para solicitar domicilios, últimas noticias e información de interés. La clave está en explicitar, desde un principio, que sólo deberá compartirse información verídica y realmente relevante, previamente chequeada y basada en la mejor evidencia científica posible.

23. Es fundamental tener comunicación de buena calidad con personal de salud calificado. Epidemiólogos, salubristas públicos, infectólogos, virólogos, neumólogos, intensivistas y otros médicos con formación académica sólida y pertinente, ayudarán a resolver dudas e interrogantes con respecto a la desinfección del hogar, las normas de higiene, las medidas a implementar a nivel comunitario y otros aspectos médicos que sólo deben resolverse a través de la consulta a expertos (y nunca basándose en mensajitos de nulo valor científico que por desgracia son reenviados compulsivamente a través de redes sociales).

24. Conviene agendar cada día con actividades variadas y estimulantes, para no caer en la “monotonía de pandemia”. Que los fines de semana y festivos continúen siéndolo, y ofrezcan amplias posibilidades lúdicas (jugar, dialogar, reír, leer, escuchar música, cantar, pintar, escribir, bailar, tejer, contarse historias, ver películas, recordar buenos momentos revisando álbumes o videos familiares, orar, relajarse); los días laborales deberán estar, asimismo, salpicados de actividades creativas y espacios para la sana diversión, cosa que no haya fatiga ni agotamiento por el ejercicio de la profesión.  

25. Es útil tener apoyo profesional para expresar y comunicar los diversos pensamientos y sentimientos que emergen en situaciones de crisis global como esta pandemia. El psicoterapeuta formativo debe darse la oportunidad de contactar a un colega para poder recibir ayuda experta en un entorno seguro y confidencial.

26. La espiritualidad conyugal es imprescindible. El confinamiento en casa es una oportunidad bellísima para profundizar en el mutuo conocimiento, el tierno acompañamiento y el acercamiento amoroso día a día. Juntos, y siempre de la mano del Señor, los esposos irán aprendiendo y fortaleciéndose de tal modo que podrán consolidar y hacer crecer su relación. Así, las fases de cuarentena y de reapertura que se sucederán a lo largo de todos los años que dure la pandemia (que podrían ser bastantes), lejos de ser momentos de tensión y conflicto, serán ocasiones para hacer cada vez más grande el amor de pareja.

27. Es maravilloso tener mascotas en estos tiempos recios. Ellos, con su corazón de niños, ofrecen siempre un afecto leal, noble y sincero. Jugar con ellos, acariciarlos, acicalarlos, intercambiar múltiples manifestaciones de cariño, entretenerse alimentándolos o estimulándolos cognitivamente, acompañarse y apoyarse mutuamente (porque es cierto que ellos comprenden y se compenetran de manera especial con nuestro psiquismo), son actividades que brindan gran alegría y satisfacción.

28. En caso de padecer alguna enfermedad o tener una condición médica, el psicoterapeuta formativo debe ser precavido y asegurarse de tener acceso a todos los medicamentos que necesite, y hablar con su aseguradora y su institución prestadora de servicios de salud para que le garanticen todas las citas (idealmente a través de telemedicina, cuando el cuadro clínico lo permita) y la entrega de los fármacos (ojalá a domicilio).  

29. Las faenas de cocina, limpieza y demás tareas domésticas deben realizarse escuchando música, de manera medida (poco a poco, intercaladas con actividades lúdicas y deportivas) y organizada, sin sobrecargarse, para que puedan resultar relajantes y agradables.
    
30. Conviene recordar constantemente que con la ayuda de Dios se podrán superar todas las situaciones asociadas a esta pandemia, y que con fe y oración se logrará la victoria.

*
Médico y cirujano - Pontificia Universidad Javeriana
Especialista en Psiquiatría - Pontificia Universidad Javeriana
Neuropsiquiatra - Pontificia Universidad Católica de Chile
Neuropsicólogo - Universidad de Valparaíso
Filósofo - Universidad Santo Tomás de Aquino
Teólogo - Obispado Castrense de Colombia
Fundador y Director - Sociedad de Psicoterapia Formativa


1 comentario:

  1. Gracias doctor David por compartir estos puntos tan relevantes sobre los cuidados del cuidador y más en tiempos de confinamiento. Cada uno de los puntos descritos es para reflexionarlos a tomar lo mejor de ellos. En especial me hizo más resonancia el punto #15

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