LOS CUIDADOS DEL CUIDADOR EN LA PANDEMIA: LA SALUD DEL
PSICOTERAPEUTA FORMATIVO FRENTE AL SARS-COV2
David Alberto Campos Vargas, MD*
En este breve texto, quiero dar unas indicaciones
claras para los psicoterapeutas graduados o en proceso de formación.
Siempre con fe y optimismo, sabiendo que la adaptación
es posible y que la relación profunda con el Señor dará a cada miembro
(egresado, educando, docente) de la Sociedad de Psicoterapia Formativa la
fuerza y el tesón necesarios para afrontar la presente coyuntura sanitaria, cariñosamente
recomiendo:
1. Las sesiones deben realizarse de manera
virtual (teleconsulta), en aras de salvaguardar la vida, la integridad, la
salud y el bienestar tanto del paciente como del terapeuta.
2. Los encuentros pueden realizarse utilizando todos
los recursos tecnológicos disponibles: plataformas para reuniones virtuales,
videollamadas por redes sociales e incluso llamadas telefónicas (con los
pacientes que no tengan acceso a internet en sus viviendas, pero que sí
dispongan de servicio de telefonía básica). La clave está en no saturarse
mentalmente: una vez atendido el paciente (concluido el encuentro sincrónico),
el psicoterapeuta no volverá a interactuar de manera directa con él (ni
contestando llamadas, ni respondiendo mensajes) hasta la siguiente sesión. Sí
podrá, en cambio, enviarle material de utilidad (seguimiento diacrónico).
3. El acompañamiento
diacrónico a los pacientes (mientras llega la siguiente sesión o encuentro
sincrónico) consistirá en el envío de dicho material de apoyo, a través de
redes sociales o correo electrónico. Así, el psicoterapeuta formativo podrá
enviar tareas, diagramas e imágenes de apoyo, libros, artículos, videos (de
ejercicios espirituales, técnicas de respiración o relajación, música
relajante, rutinas de aeróbicos y otros ejercicios según la edad y el estado
físico del paciente), textos (que contribuyan a consolidar lo trabajado en la
cita), íconos o memes que motiven o refuercen cogniciones positivas, audios,
recomendaciones y sugerencias (nutricionales, de pareja, referidas a la higiene
del sueño, etcétera) y otras actividades complementarias que permitan más
aprendizajes significativos en el intervalo entre sesiones. De este modo, el
terapeuta no se agotará innecesariamente, el paciente tendrá la certeza de que
se le continúa dando apoyo sin anclarse en patrones ansiosos de apego, se hará un
seguimiento responsable sin desgastar al tratante y se mantendrá un encuadre
sano y respetuoso con los tiempos y horarios de cada uno de los miembros de la
diada terapéutica.
4. Es
importante que el psicoterapeuta sepa que no está haciendo nada malo si saca
tiempo para sí. La pandemia ha golpeado a todos los psicoterapeutas del mundo. No
conozco el primero que no haya experimentado incertidumbre frente a su futuro
laboral, temor a que algún familiar se contagie o enferme, insomnio,
desasosiego, trastornos depresivos o ansiosos, u otras vicisitudes psicológicas
derivadas de esta crisis global. Por ello, mal haría en negarse los espacios
que su mismo espíritu le solicite (más tiempo para la oración, la meditación, la
distracción, el descanso, el ocio productivo y el confort en general).
5. El psicoterapeuta formativo tiene el mandato de
saberse cuidar, porque sólo así podrá estar en capacitar de cuidar de los
demás. Al trabajar adentro, se fortalecerá para brindar una mejor atención
afuera. No se puede irradiar vitalidad, alegría, armonía y equilibrio si interiormente
hay cansancio, tristeza, desasosiego y desorden.
6. Se debe valorar el encuentro virtual en toda su
grandeza. Es obvio que todos estábamos acostumbrados a la presencialidad, a la
que considerábamos más “cálida” y “humana”, pero la dura realidad de tantos
terapeutas de otras escuelas fallecidos nos obliga a replantearnos nuestras
anteriores concepciones relacionadas con este punto. Muchos psiquiatras, psicólogos,
consejeros espirituales, trabajadores sociales y terapeutas ocupacionales murieron
de Covid 19, especialmente el primer trimestre del año 2020, al no tener
conciencia del grave riesgo que implicaba el continuar atendiendo pacientes de
forma presencial. Una vez corroborada la transmisión aérea del virus (a través
de microgotículas aerosolizadas), y constatados los riesgos de contagio al hablar
con otra persona, especialmente en recintos cerrados, se hizo mandatoria la
teleconsulta. En la actualidad prácticamente todos los consultorios y hospitales
psiquiátricos están realizando telemedicina. Negarse a utilizar la virtualidad,
al menos mientras aparece una vacuna, es una conducta masoquista y suicida (en
términos del terapeuta) y desconsiderada y potencialmente causante de daño
social (desde el punto de vista de sus consultantes), y, por tanto,
inadmisible.
7. No es menos una consulta virtual que una consulta
presencial. No tiene menos dignidad, ni menos nivel técnico, ni menos impacto
en la salud, ni menos capacidad de generar un cambio positivo tanto en el paciente
como en el psicoterapeuta. Por lo tanto, es recomendable mantener las tarifas
que antes se manejaban.
8. Es saludable reducir a cero el porcentaje de tiempo
que se dedica a leer, escuchar y mirar noticias que estén diseñadas para
impactar, alarmar y conmover a la opinión pública. El amarillismo de ciertos
periodistas está concebido para hacer temblar a sus lectores, radioescuchas y
televidentes. Hay factores económicos, sociales y hasta políticos asociados a
esa conducta tan poco ética. Este tipo de periodismo, que va de la mano con la
cultura light y la civilización del espectáculo, es el menos conveniente para
circunstancias históricas como las que estamos viviendo en esta pandemia. El
psicoterapeuta formativo debe buscar solamente información científica y
pertinente, en fuentes confiables, y que sea útil para cuidar su salud y la de
los demás. En ese orden de ideas, deberá privilegiar las noticias relacionadas
con las medidas de prevención del contagio, las estrategias para la promoción
de la salud y el bienestar, y los avances en el diagnóstico y el tratamiento de
la Covid 19. El acercamiento a dichas actualizaciones médicas deberá hacerse a
una hora fija, máximo 45 minutos al día, y preferiblemente nunca antes de
dormir.
9. Es aconsejable implementar medidas de protección en
el lugar en el que se vive, para asegurar la vida, la integridad, la salud y el
bienestar de sí mismo y del resto de integrantes de su vecindario. Uno de los
sellos distintivos de nuestra forma de entender la psicoterapia es su profundo
sentido ético y de responsabilidad social. Todo psicoterapeuta formativo está
llamado a ser un líder comunitario, un creador de consciencia y un auténtico gestor
de cambio. El uso de mascarilla, el distanciamiento social, el lavado de manos
con agua y jabón, la estricta regulación de las personas que ingresen al
edificio, conjunto o condominio en el que se viva, las exigencias de higiene a
quienes deambulen cerca, la estandarización de normas referentes a las visitas
(que sólo deben permitirse si se trata de familiares de personas con
discapacidad o enfermedad de difícil manejo que vayan a llevarle medicamentos),
la entrega de domicilios exclusivamente en portería, la prohibición de las
reuniones y eventos sociales, el cierre de los gimnasios y las zonas húmedas, y
todas las otras medidas que pueda contribuir a implementar, en su calidad de
científico comprometido con la comunidad, son bienvenidas y, con toda
seguridad, tendrán su debida recompensa por parte del Señor.
10. Todo miembro de la Sociedad de Psicoterapia
Formativa, además de ser un líder responsable, juicioso y solidario, está llamado
a ser también un educador y promotor de la salud en su comunidad, en su ciudad
y en su país. Puede utilizar todos los recursos tecnológicos a su disposición
para dar a sus vecinos, amigos y conciudadanos a información veraz, lúcida y basada
en la evidencia científica. Asimismo,
debe desmentir con coraje todo tipo de bulos, panfletos y mensajes de redes sociales
que contribuyan a la desinformación, las posturas anticientíficas y la perpetuación
de conductas que atenten contra la salud pública.
11. Ayudar y sentirse útil, dentro de las propias
posibilidades (recursos económicos, edad, estado físico, presencia o no de
comorbilidades), no solamente mejora la salud mental y disminuye el riesgo de
secuelas (insomnio crónico, trastorno de estrés postraumático, depresión), sino
que contribuye al propio mejoramiento de la personalidad y permite ir
acercándose al Cielo, la meta primordial de la existencia humana. Así, acciones
como la donación y/o entrega de medicamentos y mercados a familias necesitadas,
voluntariados en líneas de atención y soporte emocional, actividades docentes y
de capacitación comunitaria, ayuda a personas ancianas o enfermas en su barrio
o vecindario que requieran alimentos u otros productos de primera necesidad (siempre
y cuando se garantice el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad) ejercidas
por docentes, egresados o educandos de la Sociedad, son aplaudidas y enaltecen el
buen nombre de esta escuela.
12. Aprovechando las posibilidades de conexión que
ofrecen la virtualidad y las redes sociales, el psicoterapeuta formativo debe
acercarse a todo tipo de comunidades religiosas, académicas, deportivas y
lúdicas que puedan brindarle sano esparcimiento y crecimiento espiritual.
13. Es conveniente incentivar el fortalecimiento de
redes de apoyo, tanto para sí mismo como para sus pacientes. Estos tiempos
recios se encaran mejor si se tienen amistades prestas a tender una mano.
Conectarse y hacer nuevos amigos, afianzar y avivar las relaciones actuales, y
reencontrarse con parientes lejanos y viejas amistades, puede ser sumamente
provechoso.
14. A nivel matrimonial, familiar y comunitario, el
psicoterapeuta formativo debe ser una voz de aliento cuando cunda el desánimo,
un líder sensato para evitar la irracionalidad y la zozobra, un guía prudente
frente al pavor y la desesperación, un puente cuando surjan las desavenencias,
un constructor de paz siempre listo a invitar al trabajo mancomunado y
cooperativo.
15. Es importante asumir que llegan momentos de quiebre,
en los que el propio psiquismo no da más. Ahí es pertinente detenerse, tumbarse
en el sofá o acostarse en la cama, darse una buena siesta, desconectarse por un
rato. Después conviene darse una ducha, hacer algo de ejercicio o realizar una
actividad agradable y relajante. Al terminar, elevar una plegaria de agradecimiento
al Señor, el Dueño de la Vida, y quedarse un tiempo junto a Él, en un estado
contemplativo. En esos momentos de reconstrucción, el terapeuta se fortalecerá y
se reabastecerá del vigor necesario para volver a la carga, animado y en buena
disposición.
16. Cuando lleguen esos momentos de cansancio, el
psicoterapeuta formativo debe recordar todas las virtudes cristianas que lo
animan, especialmente la humildad y la confianza la Divina Providencia (lo que
muchos santos han descrito como “abandonarse en los brazos de Dios”). El estrés
frente a las vicisitudes del trabajo y la vida cotidianos, la ira cuando surgen
imprevistos o errores (propios o ajenos), la frustración al experimentar que
las cosas no salen según lo planeado, y todos los sentimientos de derrota o
malestar que puedan surgir, no significan que el terapeuta no sepa hacer su
trabajo o sea débil, sino que es un ser humano, imperfecto y necesitado de la
ayuda y la misericordia del Todopoderoso.
17. Es aconsejable pedir ayuda. Batallar solo es
echarse encima una carga innecesaria, que sólo provoca irritación y desgaste.
Es bueno compartir las penas, desahogarse con otro colega, delegar en el
trabajo, soltar lastres y aceptar que no todos los resultados van a ser
perfectos. Estos tiempos difíciles provocados por la peste china requieren que
el psicoterapeuta sea más flexible y comprensivo, más realista y caritativo. Y
dichas comprensión y caridad empiezan por sí mismo. Se necesita cierto nivel de
autoindulgencia, y tomarse hasta con humor los propios fallos, para no agriarse
el carácter.
18. También es necesario hacer múltiples pausas
durante el trabajo. No sólo para descansar o distraer la mente, sino también
para darle reposo a los ojos (que suelen verse afectados al estar tanto tiempo
expuestos a pantallas). Esas pausas pueden ser la ocasión propicia para
realizar una oración, hacer ejercicios de estiramiento o hasta darse una siesta.
19. Alimentarse saludablemente (con alimentos ricos en
vitaminas, proteínas de alto valor biológico y fibra), con una dieta variada y
en cantidad suficiente, hará que la labor del psicoterapeuta formativo sea más
llevadera.
20. De la mano con lo anterior, la realización de
actividad física y deportiva es fundamental. Es preferible, obviamente, la
realización de dicha actividad en un espacio en el que no exista ningún riesgo
de contagio: un lugar en el que no tenga el peligro de encontrarse con nadie
ajeno al núcleo familiar con el que se está realizando el confinamiento. Por
este motivo es idóneo pasar la cuarentena en una finca o casa campestre, en la
que se pueda hacer ejercicio con riesgo casi nulo de infección. Ahora bien, si
el psicoterapeuta se encuentra confinado en un apartamento o una casa ubicados
en el casco urbano de su municipio, y tenga alguna(s) comorbilidad(es) que
implique(n) un aumento en el riesgo de fatalidad en caso de contraer el
coronavirus, lo aconsejable es que acondicione una habitación como un pequeño
gimnasio, y pueda realizar ahí todo el deporte que pueda, solo o acompañado:
aeróbicos, rutinas de fortalecimiento cardiovascular, ejercicios de fuerza y
resistencia, pilates, taichí, yoga y otros tipos de estiramiento. No es
indispensable tener bicicleta estática, caminadora, elíptica u otro tipo de
maquinaria. Basta un cuarto limpio con buena luz y ventilación. Los ejercicios puede
hacerlos de memoria, si ya tenía el hábito, o puede seguir a un profesor por
vía virtual, o a través de un video o un programa de televisión. Si el terapeuta
es joven y no padece ninguna enfermedad, puede salir a hacer deporte a un
parque o polideportivo en su barrio, conjunto residencial o condominio, siempre
y cuando conserve el distanciamiento social, lleve mascarilla y gafas
protectoras y se abstenga de tocar superficies.
21. Después de su fecunda y dichosa relación con Dios,
lo más importante para un psicoterapeuta formativo es la familia. Si está pasando
la cuarentena con sus parientes más cercanos, debe ser siempre una presencia
sonriente y optimista pese a las dificultades, un puente y un conciliador cuando
surjan desavenencias, una voz de tranquilidad y optimismo frente a la ansiedad
colectiva, una mente cabal, científica y razonable frente a los bulos y las
cadenas de falsa información que inundan las redes sociales, y, ante todo, una
persona amorosa y caritativa, presta a ayudar, siempre dulce y respetuosa en el
trato. Allí donde están problemas, malentendidos e incomprensiones, estará listo
a sembrar amor y paz. Obviamente, también deberá establecer un contacto
constante por vía virtual con el resto de sus familiares, para acompañarlos,
aconsejarlos, distraerlos y alegrarles el día. El beneficio es enorme, y para
ambas partes. Si el escenario consiste en que el terapeuta se encuentre viviendo
solo durante la pandemia, con mayor razón deberá estar en contacto permanente con
toda su parentela.
21. Las buenas amistades (ese sacerdote que es muy
amigo de Dios y tiene palabras de piedad y sabiduría, ese hombre de corazón
sencillo que sabe aconsejar, esa ex compañera de estudios que siempre sabe alentar
y animar en los momentos de intranquilidad) son de vital importancia. Es muy
recomendable estar en contacto permanente con ellas: una reunión virtual, una
llamada telefónica, una videollamada, un mensaje de texto, un correo
electrónico o un saludo a través de redes sociales puede dar alegría, equilibrio,
esperanza y sensación de compañía.
22. Resulta provechoso establecer redes de contacto y
grupos de apoyo en redes sociales. Vecinos, allegados y amigos, unidos frente a
la peste, son una fuente valiosa de consejos, números de teléfono para
solicitar domicilios, últimas noticias e información de interés. La clave está
en explicitar, desde un principio, que sólo deberá compartirse información
verídica y realmente relevante, previamente chequeada y basada en la mejor evidencia
científica posible.
23. Es fundamental tener comunicación de buena calidad
con personal de salud calificado. Epidemiólogos, salubristas públicos,
infectólogos, virólogos, neumólogos, intensivistas y otros médicos con
formación académica sólida y pertinente, ayudarán a resolver dudas e
interrogantes con respecto a la desinfección del hogar, las normas de higiene,
las medidas a implementar a nivel comunitario y otros aspectos médicos que sólo
deben resolverse a través de la consulta a expertos (y nunca basándose en
mensajitos de nulo valor científico que por desgracia son reenviados compulsivamente
a través de redes sociales).
24. Conviene agendar cada día con actividades variadas
y estimulantes, para no caer en la “monotonía de pandemia”. Que los fines de
semana y festivos continúen siéndolo, y ofrezcan amplias posibilidades lúdicas
(jugar, dialogar, reír, leer, escuchar música, cantar, pintar, escribir, bailar,
tejer, contarse historias, ver películas, recordar buenos momentos revisando
álbumes o videos familiares, orar, relajarse); los días laborales deberán
estar, asimismo, salpicados de actividades creativas y espacios para la sana
diversión, cosa que no haya fatiga ni agotamiento por el ejercicio de la
profesión.
25. Es útil tener apoyo profesional para expresar y
comunicar los diversos pensamientos y sentimientos que emergen en situaciones
de crisis global como esta pandemia. El psicoterapeuta formativo debe darse la
oportunidad de contactar a un colega para poder recibir ayuda experta en un
entorno seguro y confidencial.
26. La espiritualidad conyugal es imprescindible. El
confinamiento en casa es una oportunidad bellísima para profundizar en el mutuo
conocimiento, el tierno acompañamiento y el acercamiento amoroso día a día.
Juntos, y siempre de la mano del Señor, los esposos irán aprendiendo y fortaleciéndose
de tal modo que podrán consolidar y hacer crecer su relación. Así, las fases de
cuarentena y de reapertura que se sucederán a lo largo de todos los años que
dure la pandemia (que podrían ser bastantes), lejos de ser momentos de tensión
y conflicto, serán ocasiones para hacer cada vez más grande el amor de pareja.
27. Es maravilloso tener mascotas en estos tiempos
recios. Ellos, con su corazón de niños, ofrecen siempre un afecto leal, noble y
sincero. Jugar con ellos, acariciarlos, acicalarlos, intercambiar múltiples manifestaciones
de cariño, entretenerse alimentándolos o estimulándolos cognitivamente, acompañarse
y apoyarse mutuamente (porque es cierto que ellos comprenden y se compenetran
de manera especial con nuestro psiquismo), son actividades que brindan gran alegría
y satisfacción.
28. En caso de padecer alguna enfermedad o tener una
condición médica, el psicoterapeuta formativo debe ser precavido y asegurarse
de tener acceso a todos los medicamentos que necesite, y hablar con su
aseguradora y su institución prestadora de servicios de salud para que le garanticen
todas las citas (idealmente a través de telemedicina, cuando el cuadro clínico
lo permita) y la entrega de los fármacos (ojalá a domicilio).
29. Las faenas de cocina, limpieza y demás tareas
domésticas deben realizarse escuchando música, de manera medida (poco a poco,
intercaladas con actividades lúdicas y deportivas) y organizada, sin sobrecargarse,
para que puedan resultar relajantes y agradables.
30. Conviene recordar constantemente que con la ayuda
de Dios se podrán superar todas las situaciones asociadas a esta pandemia, y
que con fe y oración se logrará la victoria.
*
Médico y
cirujano - Pontificia Universidad Javeriana
Especialista en
Psiquiatría - Pontificia Universidad Javeriana
Neuropsiquiatra
- Pontificia Universidad Católica de Chile
Neuropsicólogo -
Universidad de Valparaíso
Filósofo -
Universidad Santo Tomás de Aquino
Teólogo -
Obispado Castrense de Colombia
Fundador y
Director - Sociedad de Psicoterapia Formativa
Gracias doctor David por compartir estos puntos tan relevantes sobre los cuidados del cuidador y más en tiempos de confinamiento. Cada uno de los puntos descritos es para reflexionarlos a tomar lo mejor de ellos. En especial me hizo más resonancia el punto #15
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