PSICOTERAPIA FORMATIVA Y FUNCIONALISMO ORGONÓMICO
David Alberto Campos Vargas*
A pesar de las enormes diferencias entre las ideas de Wilhelm Reich (1897-1957) y la psicoterapia formativa, algunos aspectos metodológicos (especialmente los referidos al análisis del carácter) resultan convergentes.
Espero que este breve artículo sea provechoso para seguidores, estudiantes y pacientes.
Postulados Teóricos de la Psicoterapia Formativa
La psicoterapia formativa está encaminada la formación, la promoción y el bienestar de la persona. Busca la formación de una personalidad sana, equilibrada y ecualizada, y su interés es el de forjar en valores, pensamientos, conductas, actitudes y hábitos que contribuyan a estructurar un psiquismo bien integrado, armónico y ecualizado: un psiquismo que posibilite la salud física, mental y espiritual de personas, parejas, familias, grupos, comunidades y sociedades.
Distinguen a la psicoterapia formativa: a) objetivo principal (formación integral de la persona humana, conducente a la plenitud existencial); b) énfasis en el bienestar y en la salud corporal, mental y espiritual; c) metas (vida plena, felicidad, realización existencial, potenciación de la espiritualidad, reflexión y praxis filosófica, reconexión con lo trascendente, transformación del ser, redefinición de sí mismo, del mundo y de los demás, integración, ecualización, armonización, forja de una cosmovisión nueva, aprendizaje significativo, remodelación del self, adquisición de herramientas adecuadas para cada momento del ciclo vital, inteligencia emocional, desarrollo multidimensional, gestión adecuada de las emociones, los pensamientos y las conductas); d) relación médico-paciente vivida en sus tres aspectos (vínculo, alianza terapéutica, sinergia terapéutica), e) formatividad (tanto en el terapeuta como en el paciente: ambos están en formación, y ambos son formadores), f) ciertas maniobras técnicas (expresión corporal y emocional, preparación del entorno, conexión, autoexamen, diácrisis, realismo teológico, mistagogia, reconstrucción, afirmación, motivación, síntesis, reconceptualización, oración, metáfora, reajuste, recapitulación, creación artística y literaria, adquisición de aprendizajes significativos y herramientas para la vida, uso activo de la fe, búsqueda espiritual, religazón con lo sagrado y sublime, apertura a la trascendencia, cambios en estilo de vida, hesiquía, epilogía, sentido de lo divino, ascesis, empoderamiento para el coraje, la resiliencia y el heroísmo, capacitación en la alegría, el optimismo y la esperanza, establecimiento de vínculos significativos).
La psicoterapia formativa, como filosofía de vida y modelo terapéutico, busca el bienestar y el cuidado integral. Como no está limitada a la simple corrección de síntomas, ni se restringe a lo psicológico o psiquiátrico, es integradora y holística: abarca también lo social, lo cultural, lo antropológico, lo religioso, lo político, lo artístico, lo literario, lo lúdico. Como su objetivo es la formación y la plenitud del ser humano, en su complejidad y en su totalidad, ella misma es compleja y total. Quiere que el psicoterapeuta y el paciente crezcan como personas, sean felices, se realicen y vivan bien, y que, junto con ellos, también sus familias y comunidades alcancen dichos logros.
Cuerpo, mente y espíritu son igual de importantes en la psicoterapia formativa. Por ello, sus campos de acción son todos aquellos que conciernen a la vida humana. En tanto que concibe al hombre como un ser llamado a formarse a imagen y semejanza de Dios, entiende la formatividad como posibilidad, como oportunidad y como experiencia, apuntando a la indispensable metanoia que va asociada a la plenitud vital.
En la psicoterapia formativa, terapeuta y paciente avanzan, juntos, hacia la armonía, la excelencia, la completitud, la sabiduría, la fortaleza, la resiliencia, la inteligencia, la calidad de vida, el amor, la creatividad, el optimismo, la fe, la esperanza, el heroísmo emprendedor y capaz. Es decir, hacia la plenitud.